Cuando se trata de diseñar algo es necesario un conocimiento previo sobre el tema, por lo menos tener en cuenta al cliente, al producto, la imagen y otros factores que buscan entregar resultados profesionales.
Sin embargo, en el mundo nada es perfecto y los expertos que deberían hacer un gran trabajo no lo hacen, es cierto que hay excepciones y que sin importar el grado de dificultad o sencillez, algunos diseños resultan ser muy buenos.
En los siguientes ejemplos te podrás dar cuenta de lo importante del sentido común para los diseñadores, más allá del profesionalismo, la calidad o la atención al más mínimo detalle, tener sentido común al momento de diseñar un producto es una prioridad.
Estas fotografías son una prueba de que el mundo puede sorprenderse por cualquier cosa, y los diseñadores son capaces de hacer algo realmente bueno o llevar sus malas ideas a los extremos.
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