Muchos de nosotros sentimos cierta satisfacción cuando nos asustamos. Nuestro cuerpo libera ligeras dosis de adrenalina cuando nos ponemos de los nervios y por esto mismo disfrutamos tanto asustándonos con películas de terror. Es así que cada día es más frecuente que se busque mejorar las experiencias con el entretenimiento, desde televisores gigantes hasta bocinas con sonido envolvente. Sin embargo, para algunos la ficción no es suficiente y cada vez son más las personas que buscan escenarios de películas escalofriantes en la vida real. No importa si son edificios viejos, abandonados, mansiones pérdidas en la nada, siempre y cuando tenga una atmósfera escalofriante.
Es difícil explicar cómo funciona esto, pero el ambiente mismo es el que te da esta sensación terrorífica y hasta cuenta una historia por si sola.
Contesta