Por más sorprendente que pueda parecer, todavía existen lugares en donde los seres humanos no son mayoría y son los animales los que dominan el espacio. Puede sonar extraño, pero hay islas habitadas por especies salvajes o silvestres que sin duda alguna se han convertido en los anfitriones perfectos para los visitantes.
Generalmente este tipo de destinos fascinantes son parajes abandonados en archipiélagos o zonas poco transitadas, además de islas alejadas de las grandes ciudades o en playas muy turísticas como Las Bahamas.
En las siguientes imágenes podrás ver lo que todos esos lugares tienen en común: tienen una población bastante elevada de ciertos animales y aunque sí hay seres humanos, ellos son todo un espectáculo para observar, cuidar y preservar.
1) Isla Assateague, EE.UU.
La isla tiene una superficie de 63,21 km² y no tiene población residente. Se encuentra cercada por las olas del mar y es una isla americana habitada únicamente por caballos. Estos animales son descendientes de animales de carga que habían sido explotados antes, casi un millar de ejemplares fueron liberados para vivir en las praderas de Assateague.
Hoy en día, son un espectáculo para los visitantes que van a verlos, aunque es importante comentar que es necesario no invadir su espacio. Estos animales están acostumbrados al clima caluroso durante el día y a las tormentas en verano.
2) Isla Komodo, Indonesia
La isla de los Dragones o Komodo Island cuenta con una especie súper interesante, parecidos a los dragones pero sin escupir fuego o sin la habilidad de volar, estos animales tienen un cuerpo lleno de escamas y una apariencia singular.
Pesan aproximadamente 90 kilos y llegan a medir 3 metros de largo, son los lagartos más grandes del mundo. Han poblado Indonesia dese hace 900 mil años, y dominaron la Isla de Komodo para no dejarla nunca. Son animales agresivos y es peligroso acercarse a ellos, es por eso, que no se permite el paso del turismo internacional; la isla cuenta con 2 mil habitantes. En la actualidad, sólo se puede acceder con un permiso especial de investigación.
3) La Isla de la Quemada Grande, Brasil
Sao Paulo, Brasil tiene a poco más 30 kilómetros de sus costas un tesoro en forma de isla. En una porción del Océano Atlántico existe un paraíso habitado únicamente por unas serpientes venenosas: La isla de las Cobras es un destino de cuidado, de hecho, hay un cartel que advierte a los navegantes que está prohibido desembarcar allí: según dicen, es el lugar más peligroso del mundo, y el acceso humano está prohibido por el gobierno.
Sobre la superficie de la isla, habita la Bothrops insularis: una especie de serpiente endémica que puede medir hasta 70 centímetros de largo. Se identifica por su color marrón-amarillento y, de acuerdo con los cálculos más conservadores, se estima que existen hasta un ejemplar por metro cuadrado.
4) Cayo Big Mayor, Las Bahamas
Ubicada en el distrito de Exuma, en las Bahamas, puedes encontrar una manada de animales asilvestrados que disfrutan de nadar durante el día y comer manzanas en la tarde. En Cayo Big Mayor viven cerdos salvajes. Hay varias teorías sobre su presencia en el territorio, unos dicen que estos animales fueron traídos por unos marineros, con la intención de comérselos en su viaje de regreso.
Sin embargo, los seres humanos en esa embarcación no sobrevivieron. Según lo que cuentan, los cerdos lograron sobrevivir gracias a los restos de comida del barco. Eventualmente, se acostumbraron al calor tropical e hicieron de la isla su hogar. En la actualidad, Cayo Big Mayor se ha convertido en un punto turístico en donde las personas pueden visitar y convivir con los cerdos silvestres.
5) Aoshima, Japón
En una isla remota al sur de Japón, puedes ser testigo de la dominación de miles de gatos. Aoshima es una de las ciudades habitadas por animales más visitadas en el mundo, los turistas que llegan caminan entre sus calles y les dan de comer a los gatitos callejeros. Toma solo 30 minutos en ferry de la costa de la Prefectura de Ehime, y se sabe que hay 20 pobladores en la isla, quienes subsisten gracias a las visitas en temporada alta.
Originalmente, Aoshima era un pueblo pesquero. A mediados del siglo XX, una plaga importante de roedores los invadió. Por esta razón, se introdujeron algunos felinos domésticos para ayudar a los seres humanos a terminar con las ratas. Los pobladores nunca se imaginaron que, un par de años más tarde, estos animales se reproducirían exponencialmente hasta apropiarse del lugar.
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