7 Signos de que creciste en una familia tóxica

No lo sabías, pero muchos de tus problemas actuales pueden venir de cómo creciste

Estallar de rabia, ataques de ansiedad, ocultar tus emociones reales o baja autoestima. Algunos padres logran transmitir todas estas cualidades negativas a sus hijos.

Su egoísmo e indiferencia hacia los sentimientos de sus hijos tienen un gran impacto en ellos en su infancia. Como resultado, los niños comienzan a criticarse a sí mismos, se sienten impotentes y tienen problemas en su vida social. Queremos ayudarte a identificar ciertos factores que indican que tus problemas vienen de un lugar que quizá no esperas, por eso esta vez te traemos una lista de «síntomas» que lo pueden indicar.

No estamos tratando de resolverte tus problemas y lo mejor que puedes hacer es acudir a terapia psicológica o psiquiátrica si es que lo necesitas:

1. Sientes ansiedad demasiadas veces

Los niños que provienen de familias tóxicas a menudo son diagnosticados con trastornos de ansiedad. Esto sucede por la inestabilidad familiar, el maltrato físico y mental y la falta de seguridad. Los niños con ansiedad experimentan dificultades para concentrarse y pueden sentirse irritables, inquietos, preocupados y tensos.

2. Siempre te sientes indefenso.

Los padres tóxicos a veces se niegan a reconocer a sus hijos como adultos. No importa la edad que tenga un niño, estos padres siempre los tratan como a un bebé indefenso. Quieren controlar y mandar, y si se enfrentan a alguna resistencia, actuarán ofendidos para que su hijo se sienta culpable.

Si a un niño no se le permite tomar sus propias decisiones, se ve invadida su privacidad y no se siente como una persona independiente, puede ser perjudicial para su salud mental. Pueden desarrollar ansiedad, tener miedo de comenzar algo nuevo y no poder encajar en la sociedad.

3. Dejas tus emociones al final.

Los padres que abusan verbalmente o físicamente de sus hijos descuidan sus emociones. Además, si los niños intentan expresar sus emociones, puede generar más maltrato por parte de la familia. Como resultado, los niños se acostumbran a ocultar su dolor, resentimiento e ira. Más adelante en el camino de sus vidas, podrían comenzar a priorizar las emociones de los demás por encima de las propias.

La represión de las emociones también afecta la autoidentificación de una persona. Les resulta difícil entender quiénes son, cómo se sienten y qué quieren en su vida. Por tanto, no logran desarrollarse en los ámbitos de la vida que son importantes para ellos porque, mentalmente, siempre se ven retenidos por la incertidumbre y la falta de cercanía previa.

4. Te criticas mucho a ti mismo.

La baja autoestima, creada por padres tóxicos, hace que un niño se sienta estúpido, indigno e indigno de obtener algo mejor. En todo lo que hacen estos niños, se critican a sí mismos, dudan y se reconsideran. Han aceptado que son peores que los demás, lo que les hace sufrir mentalmente, pero no pueden cambiar la situación, porque no reciben el apoyo mental necesario.

5. No sientes que tengas una identidad propia.

La “estima” familiar positiva es un elemento fundamental para todos cuando hablamos de nuestra salud mental. Es tan importante como el sentimiento de ser amado y pertenecer. Si la relación entre un niño y sus padres es abusiva, entonces el niño puede comenzar a tener problemas con su mundo interior, su identidad y su autoestima. Esto conduce a efectos negativos como ansiedad e incluso depresión.

6. Tienes dificultades con el fracaso.

Los niños criados en un ambiente tóxico pueden sentir constantemente que no siempre son lo suficientemente buenos o incluso inútiles. Es posible que sus padres siempre les hayan exigido excesivamente y los hayan culpado si no cumplían con sus expectativas. Básicamente, han desarrollado una baja autoestima y una falta de autocuidado. Es por eso que el más mínimo error o falla puede asustarlos y provocar una rabieta.

7. Tienes dificultades con las interacciones sociales y la confianza en los demás.

Cuando alguien se cría en una atmósfera tensa, alrededor de manipulaciones y otros abusos mentales, esto  deja su huella en esta persona. Es posible que algunos padres no hayan podido brindar a sus hijos el apoyo necesario y, en otro escenario, alguien podría vivir en una familia en la que sienten que siempre deben estar en guardia. Más tarde será difícil deshacerse de la sensación de que constantemente tienes que estar en este estado. Al final, puede desarrollar dificultades para confiar en otras personas y abrirse a ellas.

Los problemas de apego son difíciles. Al ver y experimentar constantemente el abuso físico y emocional, el maltrato y la negligencia, forman su propia imagen de las relaciones. Es posible que estas personas no comprendan cómo es una conexión afectiva y saludable entre personas. Siempre están esperando inconscientemente que todos los que los rodean reaccionen exageradamente, sean exigentes, los culpen por algo o los decepcionen.

 Tienes miedo a la manipulación.

Sucede con bastante frecuencia que las familias tóxicas utilizan la manipulación para controlar a otros miembros de la familia. Diariamente, este comportamiento no es normal y se convierte en abuso emocional. Esto puede hacerte sentir que confías menos en las personas que te rodean y evitar que tengas relaciones. Sentirse constantemente manipulado por su familia también puede resultar en un comportamiento de evitación.

Si en algún punto te has sentido identificado, busca ayuda psicológica. Comparte esta nota con quien consideres que lo necesita.