En ocasiones es bastante difícil darse cuenta de los buenos actos de las personas, más cuando lo hacen desinteresadamente, en estos casos es posible restaurar nuestra fe en la humanidad, perdida entre tantas acciones negativas en el mundo.
Cuando estás realizando algún trámite en una dependencia oficial lo que menos esperas es presenciar un sorpresivo momento que no tiene nada que ver con lo que fuiste a hacer o en donde no te ves directamente involucrado.
En Chalatengango, El Salvador sucedió un acontecimiento muy conmovedor con un abuelito, Amadeo Cabrera de 80 años acudió al Registro Civil de la localidad con la intención de solicitar una copia de nacimiento, para eso, él había dejado sus labores agropecuarias para asistir, sin embargo, no llevaba dinero consigo.
El hombre esperó su turno como el resto de los presentes, sin tener ventaja al ser alguien de la tercera edad, finalmente lo atendieron y tras procesar su solicitud, el empleado le comunicó que tenía que pagar por su trámite.
El abuelito con una mirada inocente, se llevó las manos a los bolsillos dando a entender que no traía efectivo, casi de inmediato se sintió avergonzado al no tener con que pagar, no obstante, decidió ofrecer algo en especie como muestra de su buena fe.
Probablemente otras personas hubieran optado por pedir dinero prestado a los presentes, pero para Amadeo esa no era una opción, por ello, sacó de su bolso unos tres ramos de cilandro cosechados por él mismo.
De manera inocente, se los ofreció al servidor público como su manera de pago como si de una moneda de cambio se tratase. Obviamente, su acción conmovió a todos en el lugar y lo capturaron de inmediato para compartirlo en las redes sociales.
Este señor fue al registro civil por un acta. Es una persona de campo y, cuando le iban a cobrar por ello no tenía dinero; sacó de su bolso tres ramos de cilantro como forma de pago. El encargado de dicha dependencia sonrió y aceptó los ramos de cilantro,” se lee en la publicación de Facebook que rápidamente se hizo viral.
Los comentarios y reacciones que generó no lo bajaron de humilde, de buena persona y celebraron su honestidad a pesar de no tener idea de que necesitaba llevar dinero para poder conseguir su acta.
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