Unas de las cosas más difíciles, pero que sin duda debemos practicar, es el deshacernos de los prejuicios y tratar de no juzgar las acciones de los demás, sobre todo cuando no conocemos las razones tras de ellas.
A las puertas de la “Asociación de las Bienaventuranzas”, una organización benéfica católica dirigida por el Padre Omar Sánchez en Perú, fue abandonada una pequeña recién nacida en pañales acompañada únicamente por una manta, un biberón, leche y este desgarrador mensaje:
“No quiero que viva el infierno que estoy viviendo yo”.
Las conmovedoras palabras fueron suficientes para que el Padre Omar acogiera con amor a la pequeña. Rezando por ella y por su madre, estaba seguro de que la decisión de dejar a la hija en manos de la Asociación no había sido nada fácil para la mujer, y por su parte él daría todo de sí para asegurarle un futuro brillante a la bebé.
Jamás se supo más sobre la mamá de la recién nacida ni las circunstancias específicas que la orillaron a dejar a su niña. Sin embargo, para el Padre Omar lo más importante ahora era la pequeña ya que sabía que la vida de muchas personas están llenas de tragedias, tragedias que las obligan a tomar decisiones difíciles con la esperanza de asegurar un mejor futuro para los suyos.
Como ha hecho desde hace tanto tiempo por otros niños peruanos en dificultades, el Padre Omar acogió en sus brazos a la bebé con la esperanza y certeza de que pronto encontraría para ella una familia amorosa que le brindará el cariño, la felicidad y el amor que todos los niños necesitan y merecen.
Si te nace del corazón y tienes la posibilidad recuerda apoyar a esta o a otra institución de beneficencia en tu comunidad. Juntos, siendo solidarios con los más necesitados, es como saldremos adelante.