La mujer dijo que ella no podía con los gastos y estaba cansada de que nadie la apoyara económicamente.
La época navideña es un momento en el que la familia se reúne para disfrutar de la compañía del otro. Muchas personas viajan por todo el mundo con la ilusión de reencontrarse con algún familiar al que no han visto en mucho tiempo. Sin embargo, para que toda esta magia sea posible, se necesita tener dinero.
Por lo general, la cena de Nochebuena se trata de un gran banquete, con muchos y variados platillos que incluyen ensaladas, postres, carnes, botanas y bebidas. Es decir, el festín requiere de muchos ingredientes que deben comprarse; y cuando se es el anfitrión, esos gastos corren por cuenta propia.
Es por eso que Caroline Duddridge, una mujer de 63 años originaria de Reino Unido, decidió cobrar una cuota para permitir que su familia asistiera a la cena de navidad. Por muy descabellado que parezca, Caroline estableció una lista de precios para cada integrante de la familia y les pidió que pagaran si realmente querían estar en la conviviencia.
De acuerdo con el medio BBC, Duddridge estaba harta de que sus hijos se hicieran ‘de la vista gorda’ cuando les pedía una cooperación voluntaria para los gastos de la cena. Al principio, la mujer solo les pedía amablemente que la apoyaran ya que los gastos eran demasiados para ella sola, una mujer viuda. De hecho, todo comenzó tras la pérdida de su esposo en 2015; a partir de ese momento, Caroline sintió que no podría pagar todo y solicitó el apoyo de sus familiares.
La mujer puso un frasco de donaciones para cubrir los costos de la cena y todo lo que involucra. Aunque muchos comprendieron la situación y aportaron un poco de efectivo, otros siguieron actuando como si no se hubieran enterado. Es así que el frasco nunca recaudaba lo suficiente y Caroline tenía que poner aún mucho dinero de su bolsillo.
Por eso se le ocurrió una maravillosa idea para la cena de este año: cobrar una cuota a cada familiar.
Como si de un bufete se tratara, Duddridge le dijo a los posibles asistentes que debían pagar si querían estar presentes en la cena y consumir los sagrados alimentos. El costo incluía los alimentos y otros insumos requeridos para preparar la cena tales como gas y electricidad, así como la mano de obra.
Además, la mujer estableció un costo diferente para cada integrante de acuerdo a sus cálculos de consumo de comida y posibilidades económicas. Caroline tiene cinco hijos, dos varones y tres mujeres así como varios nietos. En el caso de los hombres, el costo para ellos sería de 32 dólares mientras que para las mujeres solo tendrían que pagar $11. Los niños también tenían que pagar, para los mayores de 5 años el costo era de poco más de 5 dólares y a los más pequeños de la familia solo les cobraría $2.
Pero eso no es todo pues Caroline también estableció una fecha límite de pago. Si la transferencia no se veía reflejada en su cuenta de banco a más atradar el 1 de diciembre, no recibiría a esas personas en su casa.
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