Abuelo de 94 años se ve obligado a trabajar más de 12 horas al día para conseguir un poco de comida

Este adorable abuelo de 94 años de edad proveniente de Veracruz México, ha dedicado toda su vida al trabajo duro en el campo, aún con su edad tan avanzada trabaja en la producción de azúcar, debido a que no todos tenemos la misma suerte de llegar a la vejez y simplemente disfrutar de nuestros hijos y nietos.

Pero lamentablemente en las condiciones en que ejerce su trabajo y la manera tan deplorable que vive causaron un llamado de atención inmediata sobre Karla Obil.

“Yo jamás había visto a Don Goyo, pensé que era un indigente que se encontraba deambulando en las tierras, pero al verme llegar, con bastón en mano, se dispuso a caminar hacia a mi, para mi gran sorpresa este abuelito trabaja allí”.

Karla mostró su preocupación por el anciano inmediatamente y preguntó por sus familiares a lo que él sólo contestó “tengo muchos años solo, mi familia se olvidó de mi”.

Declaraciones que rompieron el corazón de Karla, así que ella tomó la decisión de hacerse cargo de Don Goyo desde ese momento, al día siguiente se dispuso a llevarle un poco de comida y algo de tomar pero para su gran sorpresa no sería nada fácil esta tarea ya que resulta que este abuelito vivía en una casa improvisada muy sucia, con un cama rota, un colchón deteriorado y sin electricidad.

Fue entonces cuando Karla tomó varías fotos que posteriormente colgó en las redes sociales causando un gran revuelo y consiguiendo así la ayuda de millones de personas que estaban más que dispuestas en donar dinero, ropa, calzado y alimentos para Don Goyo.

“Mi idea inicialmente era colgar las fotos de Don Goyo para lograr conseguir a algún familiar, tal vez uno de sus hijos lograrían ver el estado crítico en que se encuentra su padre, él no merece estar tan solo, pero muchas personas se sensibilizaron y gracias a su ayuda la vida de el abuelito va a mejorar”.

Por fortuna varios voluntarios decidieron ir a la casa de Don Goyo y así poder limpiarla y acomodar un poco todo, al hacerlo no solo se encontraron con mucha suciedad sino también que habían seis ratas escondidas, este pobre anciano vivía realmente en condiciones críticas y la ayuda de todos cambiaron su vida.

Ahora se le ve más feliz, con una gran sonrisa en su rostro y está muy agradecido con la ayuda brindada.

Por ahora Karla espera recaudar el dinero necesario para hacerle un baño digno al abuelito y también aspira poder pintar la casa. Sus familiares siguen sin aparecer pero eso ya no es algo que le preocupe ya que ella diariamente le brinda la compañía y atención que él necesita.

“Ya más nunca estará sólo”.

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