Descubierto en Argentina, es 30% mayor en su tamaño que las especies actuales y podría ser el más de la historia.
En las entrañas de las cuevas argentinas, un enorme murciélago tuvo su hogar durante el periodo Pleistoceno, hace 100,000 años. Gracias al tamaño de sus mandíbulas se determinó que es una de las especies más grandes de quiróptero conocidas por la ciencia.
Los fósiles de este murciélago están ayudando a encontrar las respuestas faltantes sobre la vida de las especies que dominaron el sur del planeta hace miles de años. Los restos óseos encontrados son fragmentos de mandíbula de lo que sería un vampiro prehistórico.

Poderosas mandíbulas
Se trata del Desmodus draculae, cuyos huesos mandibulares dan una idea de sus dimensiones generales. Según los cálculos de los expertos, era 30% más grande que las especies contemporáneas; lo que quire decir que su envergadura era de al menos 50 centímetros.
Recientemente se dio a conocer el hallazgo en un artículo publicado en Ameghiniana. Los involucrados en el descubrimiento del fósil son investigadores del Laboratorio Paleontológico del Museo de Ciencias Naturales de Miramar y de la Fundación Azara, quienes informaron la maravillosa noticia a la comunidad científica internacional.
En las inmediaciones del arroyo La Ballenera y al interior de una cueva, encontraron una rama mandibular. La cueva medía 1,2 metros de diámetro y se cree que era la madriguera de un oso perezoso gigante de la familia Mylodontidae.
El pequeño fósil reveló que formaba parte de un vampiro prehistórico del Pleistoceno y que fue el último de los grandes mamíferos voladores de Sudamérica. El desmodus draculae se extinguió durante la época colonial, aproximadamente por el año de 1820. La razón de que no sobreviviera fue debido a los cambios ambientales, por algo conocido como la «Pequeña Era de Hielo».
Esta especie se descubrió por primera vez en Venezuela, en 1988; y recibió su nombre gracias al personaje ficticio Drácula.

¿Verdaderos vampiros?
La evidencia sugiere que este murciélago gigante era hematófago, es decir, que se alimentaba de sangre.
De acuerdo con Mariano Magnussen, paleontólogo del Laboratorio Paleontológico del Museo Miramar, el Desmodus draculae podría ser el origen de las leyendas del Conde Drácula. Sin embargo, le está completamente seguro de que este animal no es para nada agresivo.
«En realidad son animales pacíficos que se alimentan de la sangre de animales, y en ocasiones de humanos, durante unos minutos sin causar molestias… Lo único malo es que pueden transmitir la rabia u otras enfermedades si se infectan»; declaró el paleontólogo.

Entonces, el desmodus draculae posiblemente se alimentó de la sangre de perezosos gigantes, elefantes sudamericanos o el icónico tigre dientes de sable, todos extintos.
Actualmente, de las 1,400 especies de murciélagos conocidas, sólo tres son hematófagas. Son el murciélago vampiro común (Desmodus rotundus), el murciélago vampiro de patas peludas (Diphylla ecaudata) y el murciélago vampiro de alas blancas (Diaemus youngi); las cuales se pueden encontrar en Sudamérica.
Y al parecer, todas descienden de un ancestro común que existió durante el Pleistoceno, en las cuevas argentinas, hace cien mil años.
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