La actriz confesó que ya no le preocupa su apariencia como antes, y que ahora prefiere llevar una vida tranquila alejada de los reflectores.
La industria del espectáculo es una de las más feroces que hay; sobre todo si eres una actriz joven que simplemente está haciendo lo que ama frente a las cámaras. El pequeño inconveniente es que a pesar de ya no estar en un set de grabación, las cámaras no se alejan de ti en ningún momento. Y la prensa ataca con esas fotografías tomadas en momentos íntimos para criticar tu apariencia.
Esto es lo que deben vivir las celebridades mujeres todo los días. A pesar de que muchas son consideradas de las más bellas en todo el mundo; las críticas y comentarios ofensivos hacia su físico no desaparecen nunca. Es por eso que algunas optan por alejarse de los reflectores y dejar de preocuparse tan intensamente por su apariencia.
Una de ellas es la actriz Cameron Diaz, que saltó a la fama en la década de los 90 y cautivó al público no solo por su enorme belleza, sino también por su talento. Comenzó su carrera en Hollywood en 1994 con el papel de Tina en La Mascara y desde ese momento se le consideró una de las actrices más bellas de la industria. Sin embargo, en el 2014 realizó su última actuación, pues luego del nacimiento de su primera hija, Cameron decidió retirarse de la industria, para tener una vida más privada y relajada.
Dejó atrás todo el glamour y las preocupaciones por las apariencias para dedicarse a su familia.
Desde el año 2015 no se sabe mucho sobre la vida de Cameron Diaz, pues ha mantenido las cosas personales en privado. Pero recientemente, durante una entrevista con Michelle Visage, estrella de RuPaul’s Drag Race, hizo algunas revelaciones. En el podcast de Visage para la BBC, la actriz dijo que llevaba una vida tranquila, alejada de las cámaras y que había dejado de lado las cosas memos importantes como la apariencia.
Según sus palabras, este nuevo estilo de vida es liberador.
También mencionó que la industria es como una «trampa» de la cual pudo escapar cuando se casó con Benji Madden en 2015. Luego de unir su vida con el cantante, Diaz decidió alejarse de los reflectores y no podría estar más feliz. Ella sentía que estaba atrapada, teniendo que cumplir siempre con las expectativas de Hollywood acerca de su físico y acciones. Pero eso ha quedado en el pasado.
«Soy absolutamente una víctima de todas las objetivaciones y explotaciones sociales a las que están sujetas las mujeres», dijo Cameron con respecto al trato que recibió de la industria, la prensa y el mundo en general. Agregó: «Es difícil mirarse a una misma y no juzgarse viendo otros estándares de belleza«.
Diaz asegura que ahora se siente más libre, «como un animal salvaje […] una bestia». Ya no tiene la necesidad de preocuparse por como luce su cuerpo, su rostro o su cabello, pues la apariencia no es algo tan importante y en lo que debería enfocar toda su atención. Incluso confesó que ya ni siquiera le gusta lavarse la cara.
«Literalmente, lo último en lo que pienso a diario es en mi apariencia», reveló.
Además, la actriz de casi 50 años ya no tiene planes de volver a actuar en Hollywood, pues afirma que su prioridad es mantenerse fuerte para ver a su hija Raddix crecer. Y para demostrar que va en serio, Díaz ya ha rechazado casi 100 millones de dólares en proyectos de actuación que le han ofrecido. Ella se mantiene firme en llevar una nueva vida más íntima, familiar y feliz.
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