En los últimos años el hombre, para su conveniencia, se ha dedicado a alterar el medio ambiente por medio de un proceso llamado “selección artificial”, donde se seleccionan especies, tanto de plantas y animales que sean útiles o agradables, y se modifican a nuestra conveniencia para cumplir las demandas de consumo.
Pero ¿sabías qué los perros también sufrieron de este proceso? Bueno pues en 1873 solo se conocían 40 razas y variedades, pero ahora existen unas 450 razas de canes en todo el mundo. Lo que se conoce como “razas modernas” fueron desarrolladas de una forma poco natural principalmente por los humanos, la mayoría de ellas principalmente en los últimos 200 años.
Gran parte de estas razas se creaban para las peleas en Inglaterra, pero cuando en 1835 las peleas de perros se prohibieron, la gente hizo una transición para continuar compitiendo. Ahora en vez de enfrentamientos violentos lo harían mediante un espectáculo de carreras. Al final, lo único que se buscaba era el entretenimiento humano, usando a los perros como medio.
Fue así que comenzó la búsqueda de apariencias más exóticas, aunque esto significara sacrificar su salud.
El ejemplo perfecto de esta situación es lo que paso con los Bulldogs franceses, que son conocidos por sus múltiples problemas respiratorios y su alta tasa de mortalidad por esta misma situación.
Lo bueno es que actualmente la gente está tratando de corregir los errores del pasado y una de ellas es Chantal van Kruining, asistente veterinaria y apasionada por esta raza. Ella cree que los perros deben criarse tomando como prioridad su salud y dejando de lado la estética.
Los buldogs franceses tienen el síndrome de obstrucción de las vías respiratorias braquicefálicas, suena complicado, pero en términos más sencillos ellos tienen problemas para respirar porque tienen el hocico muy pequeño, lo que dificulta que el aire llegue a sus pulmones. Por esto mismo es que empiezan a jadear con la lengua de fuera incluso cuando no han hecho ejercicio. Todo esto justamente por el proceso de crianza selectiva.
El problema no se remite únicamente a sus fosas nasales estrechas, si no que también tiene un paladar largo y blando y si lo conjugamos con tráqueas estrechas el problema se agrava de tal manera que los puede llevar a su muerte.
Chantal, que actualmente vive en los países bajos, está haciendo un trabajo interesante en el campo de crianza, y para no ver sufrir a los Bulldogs franceses, se sumergió completo en este mundo. Ha investigado la genética, estudiado las anomalías en la raza y aunque todavía no lo sabe todo, siente que va por buen camino
“Nos esforzamos por tener un Bulldog Francés que sea un poco más atlético de lo que era al comienzo del desarrollo de la raza. Un perro que pueda correr y jugar varias horas sin problemas y que no haga ruidos al respirar.”
Algo que todavía le molesta es que la cría de perros está rodeada de misterios y los otros criadores son muy herméticos con la información que poseen. Algunos incluso encuentran normal esta anomalía.
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