A lo largo de la historia nos encontramos con mujeres extraordinarias que inspiraron a cientos en la actualidad. Diversos especialistas se han dedicado a compartir sus historias para que dichas mujeres extraordinarias sean conocidas por todos. Algunas incluso han llegado a la pantalla, historias tan resplandecientes que tienen que ser compartidas.
El día de hoy hablaremos de una de las mujeres negras más icónicas del siglo XIX, Madame C.J. Walker, la primera mujer afroamericana millonaria y que fundó su propia empresa.
Sarah Breedlove nació al sur de Estados Unidos, en Luisiana en 1867. Sus padres y hermanos mayores fueron esclavos en una plantación de algodón. Si bien Sarah nació libre, a la edad de 7 años quedó huérfana de ambos padres. Se vio en la necesidad de mudarse con su hermana Louvenia y su esposo Jesse Powel y desde muy chica tuvo que trabajar como empleada domestica para poder mantenerse. A pesar de no tener tiempo para estudiar, después de unos meses pudo ir a la escuela dominical.
Debido a que el esposo de Louvenia era sumamente cruel con Sarah, la niña encontró refugio con Moses McWilliams, con quien se casó a los 14 años para poder escapar de las garras de su cuñado. Cuatro años después, Moses y Sarah tuvieron a su hija A ́Lelia.
Dos años más tarde, Moses murió dejando a Sara de apenas 20 años con una niña en brazos.
En 188 da comienzo su travesía en el mundo de la belleza cuando se muda con otro de sus hermanos a St. Louis. En esa ciudad trabajó como peluquera, lavandera y cocinera para pagar la educación de su hija. En ese entonces su sueldo era de 1.5 dólares al día.
Como todas las mujeres que se dedicaban a lavar en ese tiempo, Sarah sufrió serias quemaduras con productos químicos, enfermedades de la piel, caspa y malas condiciones sanitarias gracias a la falta de agua corriente o calefacción. Esto la dejó casi calva.
Con ayuda de sus hermanos peluqueros aprendió lo básico del cabello y tiempo después se encontró con los cosméticos de Annie Malone. Después de conocer a la creadora de dichos productos, se empezó a interesar seriamente en el cuidado del cabello.
En 1910 se mudó a Indianápolis y estableció su sede de Madame CJ Walker Manufacturing Company. Su empresa contaba con todo, fábricas, laboratorio, peluquería y hasta escuela de belleza, donde capacitaba a sus agentes comerciales. En 1917, Madam CJ Walker ya le había dado trabajo y salarios dignos a aproximadamente 20 mil mujeres. además de que sus agentes ganaban entre 5 y 15 dólares por día.
Uno de los objetivos de Madame era que las mujeres negras lucharán por su independencia financiera, así que las animó a que emprendieran en su negocio además de enseñarles cómo administrar sus finanzas.
Con el tiempo la fortuna de Sarah fue creciendo y con ello sus actividades en asuntos políticos y de caridad. Ofreció conferencias, luchó contra la injusticia social y donó dinero para distintos fondos de becas. Antes de morir dejó casi 100 mil dólares para distintas instituciones sociales, incluyendo orfanatos.
Sumado a esto, en su testamento aclaró que 2 tercios de sus futuras ganancias irían a la caridad.
Madame CJ Walker murió a los 51 años y es considerada la mujer negra más rica de Estados Unidos. Al momento de su muerte, el legado de Walker se estimó entre 500 mil dólares y el millón, lo cual era mucho dinero para ese entonces El obituario decía que dos años antes de su muerte, Sarah aún no era millonaria, pero esperaba convertirse en uno algún día.
Y no porque necesitara el dinero para ella, sino por el beneficio que podía hacer con su ayuda.
Si deseas saber más sobre su vida, te invitamos a ver “Una mujer hecha a si misma” en Netflix, donde se cuenta su historia de inicio a fin, eso si, con más toques de drama.
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