Después de miles de años es imposible olvidarse del valor y la grandeza de Pompeya, una ciudad romana famosa en su tiempo por su esplendor pero aún más por la tragedia que la azotó y que fue su final. Atrapada entre la lava del Vesubio y dando muerte a miles de habitantes, Pompeya sigue dando de que hablar pues hasta la fecha los investigadores y exploradores siguen encontrando valiosos tesoros dentro de sus ruinas.
Hace poco, un grupo de arqueólogos descubrieron una habitación en una villa a las afueras de Pompeya, con camas y objetos incluidos, esto da una ligera idea de cómo eran las condiciones de vida para los esclavos de aquella época.
La sala también está en un excelente estado, con tres camas de madera y ánforas, cántaros de cerámica y un orinal, el hallazgo enriquece la información que se tenía sobre la ciudad y arroja datos interesantes sobre la sociedad de la que poco se sabe.
La “sala de los esclavos” no estaba muy lejos de la Villa en Civita Giuliana, lugar donde descubrieron un carruaje ceremonial en buen estado de conservación a principios de año. También se pueden ver varios objetos de metal y tela como un cofre del mismo material que probablemente pudo haber sido parte de los arneses de los caballos, mientras que en una cama se encontró el eje de un carruaje.
Sobre su vida, las investigaciones puede concluir diferentes cosas, pues de acuerdo al Ministerio de Cultura, una de las habitaciones perteneció a una pequeña familia de esclavos. Cabe mencionar que según la ley romana, los esclavos eran considerados propiedad y por lo tanto no tenían personalidad jurídica.
Mientras era una ciudad importante, Pompeya albergó a más de 13 mil personas pero después de la erupción del volcán en el año 79 d.C., todo quedó enterrado bajo cenizas.
Al día de hoy, el lugar se ha convertido en uno de los sitios arqueológicos predilectos de muchos viajeros pues quedan fascinados por la historia de la ciudad, sin embargo, eso no les quita la atmósfera de nostalgia y extrañeza al pisar esas tierras.
Los hallazgos y descubrimientos seguirán mientras todavía existan restos de lo que alguna vez fue un gran asentamiento.
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