Descubren que Stonehenge pudo ser un antiguo calendario solar de 365.25 días

Los misteriosos monolitos de Stonehenge finalmente revelan su funcionamiento: eran un calendario solar altamente preciso para la época.

Stonhenge siempre ha tenido un aura de misterio que intriga a los seres humanos. ¿Por qué está ahí? ¿Quién lo hizo? ¿Cuál es su propósito?, son algunas de las preguntas que nos hacemos al ver el enorme conjunto de piedras. Se trata de un monumento megalítico formado por bloques gigantes de piedra volcánica y sedimentaria. Las rocas están distribuidas en cuatro círculos concéntricos erigidos entre el final del periodo Neolítico y el principio de la edad de Bronce; hace aproximadamente 3 mil años a.C.

Hace apenas un siglo, se comenzó a cocinar la teoría de que Stonehenge habría sido un antiguo calendario. Arqueólogos e historiadores estaban interesados en las propuestas, pero ninguna había sido tan convincente hasta ahora.

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En un estudio de la Universidad de Bournemouth publicado en la revista Antiquity se siguiere que el conjunto megalítico de Stonehenge funcionó como calendario hace 4,000 años.

Se basaba en un año solar de 365.25 días -como el modelo actual- y se calibraba a partir de la alineación de los dos solsticios anuales.

«El calendario propuesto funciona de forma muy sencilla: cada una de las 30 piedras en el círculo de piedras sarsen representa un día dentro de un mes, dividido en tres semanas cada una de 10 días. El mes intercalado, probablemente dedicado a las deidades del sitio, está representado por los cinco trilitos en el centro del sitio», explicó Timothy Darvill, autor del estudio.

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De acuerdo a estos cálculos, Stonehenge tendría un mes intercalado de 5 días así como un año bisiesto cada cuatro años para lograr la precisión de los 365 días.

Darvill descubrió que el primer mes está representado con cinco trilitones en el centro del monumento y que el conjunto de cuatro piedras que está fuera del Círculo de Sarsen es coincidente con el día bisiesto.

En cuanto al origen de las piedras sarsen, el equipo determinó que todas se añadieron al monumento al mismo tiempo que los círculos centrales; es decir, durante la fase de construcción. Esto confirma un solo origen cerca del año 2,500 a.C.; lo que quiere decir que desde el primer momento han permanecido en la misma formación.

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Según la teoría, el calendario parte del solsticio de invierno y el de verano; así que se calibra con las mismas dos piedras cada año. Esta sería una técnica casi infalible para evitar errores en el conteo de los días pues el Sol aparece en el mismo sitio cada solsticio.

Darvill explicó que «Esta clase de calendarios se desarrolló en el Mediterráneo oriental en los siglos posteriores al 3000 a.C. y fue adoptado en Egipto como calendario civil cerca del 2700 a.C. y utilizado ampliamente durante la época del Imperio Antiguo».

Él reconoce que un calendario con semanas de 10 días es muy inusual para nosotros, que estamos acostumbrados al calendario gregoriano. Sin embargo, el calendario solar de Stonehenge es una innovación que permitió medir el paso del tiempo hace más de 4 mil años en el Mediterráneo.

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