En el año 2010 la pareja se muda a un apartamento donde el anterior dueño les comenta que algunas veces llegaban pocas cartas por equivocación, pero ellos jamás imaginaron que eran tantas. Ese año leyeron aproximadamente 400 cartas, con asombro y piel erizada por las peticiones de los niños decidieron pedir ayuda económica por redes sociales. «Estos niños merecen lo mejor, no podemos quedarnos de brazos cruzados», pensaron.
Jim y Dylan consiguieron lo que querían, hacer llegar los deseos a todos esos pequeños necesitados que enviaron cartas. Formaron una fundación llamada miracleon22ndstreet respodnen sus cartas y ayudan a las personas más necesitadas. Su gran gesto se convirtió en un proyecto de años. Y a pesar de que se mudaron de aquel apartamento, lograron que el nuevo inquilino los apoyara con el proyecto sin fines de lucro que decidieron llamar «Milagro en la calle 22».
Hasta ahora no se sabe por qué llegan esas cartas a su dirección, y no han buscado el motivo, pues desde hace 10 años, ayudan a darles esperanza a esos niños.
Sin duda, tienen un gran corazón
Dios bendiga a esta pareja por su gran gesto durante tantos años. Es una historia que merece ser compartida.