Todas las historias están inspiradas un poco en la realidad, o mucho.
La historia del «Libro de la Selva» es conocida por todo el mundo. A través de múltiples adaptaciones, la historia del niño salvaje «Mogli», es común para el público internacional. Lo que muchos no saben es que esta historia, escrita por Rudyard Kipling, está inspirada en una historia totalmente real.
La persona real que inspiró a «Mogli» se llamaba Dina Sanichar, una niño de la India que vivió en el siglo XIX que creció entre lobos de una manera menos romántica de la que se plasmó en la versión del cuento. Sin embargo, Dina no es el único que creció de esta manera, en la India, con su inmensa población (la segunda más grande del mundo solo después de China), se han registrado varias historias de niños que vivían de manera salvaje con panteras, perros y hasta gallinas.
En el caso de Dina, él fue encontrado por unos cazadores en Uttar Pradesh en 1872. Cuando lo vieron, él se encontraba con una jauría de lobos, incluso caminaba como uno. Usaba sus 4 extremidades para caminar y vivía como un miembro más de la manada. Al principio los cazadores pensaron que el pequeño estaba en peligro, pero se asombraron cuando entró junto con los lobos a una cueva.
Ellos esperaron fuera de la cueva hasta que salieron los lobos de nuevo y fue cuando dispararon a todos dejando solo al pequeño, tenía unos 6 años de edad cuando lo encontraron. Lo bautizaron como Sanichar, lo cual se traduce a «sábado», que fue el día que en que llegó a un orfanato.
A pesar de los enormes esfuerzos del personal del orfanato por «habilitarlo» para la vida social, Sanichar nunca pudo aprender las habilidades básicas para la comunicación. Incluso el niño continuó caminando como un lobo a cuatro patas durante mucho tiempo desde su ingreso al orfanato y siempre usaba gruñidos para comunicarse. El único amigo que tuvo en su tiempo en la institución fue otro niño feral que creció lejos de la civilización también. Gracias a su amistad, se logró que ambos aprendieran cosas básicas del comportamiento contemporáneo humano, como usar vasos al beber agua.
Para su mala fortuna, Sanichar aprendió también a fumar, lo que pudo haber afectado su vida de manera irremediable y que lo llevó a su trágico final a los 29 años de vida, cuando murió por complicaciones derivadas de la tuberculosis. Durante todo el tiempo el joven se mostro con comportamientos ansiosos y asustados. Los registros médicos lo catalogan como un niño muy bajo para la media nacional y tenía dientes largos.
La diferencia entre el cuento y la historia real es que Sanichar nunca tuvo la «elección» de dirigirse a la civilización, fue obligado a adaptarse a un mundo que jamás pudo comprender ¿Tú conocías esta historia? ¡Déjanos los datos que quizá no pusimos en este artículo. Compartelo para que más personas lo conozcan.