Los abrazos son la manera más noble y poderosa que tiene el ser humano para demostrar afecto y sobre todo apoyo a alguna persona que esta pasando por un mal momento. El abrazo llega a ser tan poderoso que vale más que cualquier palabra de aliento, tanto así que cuando recibimos un abrazo en un momento de quiebre emocional nos sentimos liberados y sentimos que podemos soltar la carga tan pesada que llevamos sobre nosotros.
Entonces me pregunto, si para nosotros como adultos representa un gesto tan importante el recibir un abrazo en un momento de debilidad ¿Que te hace pensar que para un bebé o niño no lo es?.
Algunos padres no dudan en brindarle un abrazo a sus pequeños cuando se caen o se lastiman, pero ¿Que pasa cuando se trata de una rabieta? ¿Actuamos de la misma manera? Lamentablemente la respuesta en la mayoría de los casos es NO, ya que como adultos no logramos entender o aceptar de buena manera estos episodios de nuestros hijos, sobre todo si estas rabietas se originan en publico.
Pero es precisamente en estos momentos cuando más necesitan de nuestros abrazos y empatía, ya que nuestros pequeños no tienen las herramientas para saber gestionar de buena manera el cumulo de emociones que están viviendo. Tal vez nosotros como adultos no lo logramos entender pero es importante que nos analicemos como padres, ya que nuestros hijos son el reflejo de lo que ven en casa.
Para llegar a esta conclusión es evidente que no lo lograremos con gritos, golpes o castigos, necesitamos que nuestros hijos y nosotros estemos en un estado de total calma y tranquilidad para lograr esa conexión tan necesaria y así poder comprender el motivo de la rabieta de nuestros hijos.
Ponerle nombre a los sentimientos y emociones que vivimos es extremadamente complicado para los adultos, imaginen lo difícil que es para un niño que su capacidad de razonamiento y habla no esta completamente desarrollado.
Es por eso que la actitud que nosotros tengamos para afrontar estos episodios serán decisivos para su aprendizaje, bienestar, personalidad, gestión emocional y su forma de relacionarse con los demás.
Una de las tantas razones por las cuales NO debes educar bajo los gritos y los castigos es por esto.
- Producirá y fomentará en el niño el miedo e inseguridades.
- Ese miedo genera ansiedad y estrés. A la hora de ver que recibe la misma respuesta de su figura de apoyo (sus padres) que solo son gritos y castigo el niño crecerá temeroso, desconfiado, asustadizo y con poca seguridad en sí mismo.
- La autoestima del niño se vera afectada porque siente que no es importante para sus padres.
- Y como conclusión todo el sistema de apoyo que nosotros pretendamos establecer con nuestros hijos sera totalmente nulo, no va a existir comunicación ni confianza.
Ahora bien analizando todos estos puntos que acabamos de mencionar resulta completamente absurdo educar a nuestros hijos teniendo como norte el castigo y los gritos.
Ningún padre debe desear dañar la inocencia y la felicidad de sus hijos, es por eso que te invito a que los abraces tanto como puedas, en los momentos felices y sobre todo en los que entran en crisis, ya que los vas a hacer sentir acompañados, respetados, apoyados y sobre todo validando cada una de sus emociones y sentimientos.
No dejes de compartir esta publicación y déjanos tu comentario sobre la manera en como consideras se deben criar a los niños hoy en día, ya que cuando nuestros padres lo hicieron con nosotros todas estas herramientas y conocimiento no los teníamos y aunque crecimos siendo ahora hombres y mujeres con buenos sentimientos muy en el fondo sabemos que venimos arrastrando uno que otro episodio triste de nuestra infancia.
Cambiemos esos patrones que solo nos ocasionaron traumas y empecemos a formar niños completamente felices.
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