Este chico estudiaba con libros de la basura para pasar el examen de la secundaria

La siguiente historia es la de un joven de apenas 15 años que pese a no contar con las mejores oportunidades y de venir de una familia humilde, insistió en sus sueños para finalmente lograrlos. Su objetivo: pasar en primer lugar el examen del curso Multimedia en el Instituto Federal de Río Grande del Norte (IFRN).

El principal obstáculo para Thompson Vitor era la falta de recursos para estudiar debido al poco dinero que tenía su familia.

Otro problema era que la escuela a la que asistía estaba muy lejos, pero él estaba tan comprometido que hacía todo lo posible por llegar, diariamente se levantaba a las 5:30 a.m. y recorría 6 km en bicicleta hasta su colegio en Rosemary, comunidad en Natal, Brasil.

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Por la tarde estudiaba y leía los libros que su madre recogía en el trabajo, Doña Rosangela, su mamá, trabaja como recolectora de basura y dice que debido a la necesidad de Thompson y de sus otros hijos, ella guardaba los libros que otras personas tiraban. Con sus recolecciones la señora fomentaba el gusto por la lectura.

En años anteriores, el niño había intentado pasar el examen pero no lo aprobó por falta de calificación. Consideró seriamente abandonar todo, pero sus profesores lo motivaron a seguir estudiando. Su persistencia rindió frutos y al final Thompson logró su objetivo de aprobar la prueba.

Él no estudia porque es obligatorio, su motivación nace porque siente que estudiar es un arte.

Sus padres están muy orgullosos y contentos de todos sus logros y sienten que aunque ellos no tuvieron la oportunidad de terminar la primaria, sus hijos van a demostrarle al mundo que nacer pobre no te da una mentalidad mediocre, al contrario,  te da las herramientas para buscar un futuro brillante.

La historia de Thompson y el esfuerzo de su madre por llevarle libros usados  de la basura muestran el cómo se puede salir adelante aun cuando tienes mil obstáculo enfrente. Victor sobresalió en un ambiente poco favorable y Doña Rosangela le abrió las puertas a sus hijos y les dio el mensaje más valioso de su vida: con dedicación, esfuerzo y sacrificio todo es posible.

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