Se enamoraron y tuvieron que luchar contra una enfermedad terrible, lamentablemente perdieron la batalla.
Para el amor no hay edad, no hay tiempo y tampoco hay momento idóneo. El amor simplemente llega, sucede y no hay nada que lo pueda evitar. Por eso cuando en las bodas se dice “Acompañarse en la salud y en la enfermedad” No significa directamente estar simplemente ahí, esto es más dirigido a estar preparado para lo que la persona necesite y tener resilencia para hacerlo.
Este es precisamente el caso de Katie y Dalton, una pareja que se conoció precisamente tras ser diagnosticados ambos con fibrosis quística. Esta enfermedad es potencialmente mortal y afecta los pulmones y el páncreas. Como todas las enfermedad cuasi mortales, el apoyo moral y estar emocionalmente estables es un factor que muchas ocasiones determina el desenlace de la enfermedad.
Esta pareja fue fortaleciendo su relación poco a poco, al grado que al cumplir un año de conocerse decidieron convertirse en esposos. Su amor les dio tanta fortaleza que durante 7 años superaron múltiples adversidades relacionadas con su enfermedad.
Sin embargo, hay veces que la vida da un giro inesperado y tras estos 7 años más o menos estables, la salud de ambos comenzó a deteriorarse. Llegó al punto donde ambos se tuvieron que ir a casa de sus padres respectivos para recibir el cuidado que solos no se podían dar.
En el 2017 Dalton necesito entrar de urgencia a cirugía para realizarle un transplante de pulmón. Katie también lo necesitaba pero ella estaba al a espera de donante. Sin embargo, lamentablemente la operación no fue exitosa y Dalton comenzó sus días finales. Esto no le sentó nada bien a Katie, quien comenzó a debilitarse día con día.
Tras días difíciles, donde ambos estaban separados, los doctores les prometieron ser reunidos lo más pronto posible, en cuanto estuvieran un poco más estables. Ese día jamás llegó, Dalton murió y tras una semana Katie le siguió para reunirse en la eternidad.
A pesar de este triste final, la historia de Katie y Dalton nos enseña que el amor surge donde menos lo esperamos y su acompañamiento se vuelve la fortaleza que necesitamos para seguir adelante.
No te vayas sin compartir esta historia con tus amigos para que ellos sepan que el amor, aunque se lea cursi, es a veces el ancla para nuestras vidas.