En 2016 fue retratada como símbolo de la pobreza, ahora pudo comprarle una casa a su familia
Mientras muchas mujeres sueñan y desviven horas en los gimnasios por ser modelos profesionales, apareciendo en portadas de famosas revistas, existen otras mujeres que tienen que sobrevivir a embates de la pobreza, la desigualdad y la discriminación sistemática de la sociedad.
Su nombre es Rita Gaviola, fue encontrada por Christopher Quinto Burgos, un fotógrafo local que estaba retratando como es la vida normal en la ciudad de Lucban, en Filipinas. Su misión solo era representar lo mucho que la pobreza azota esa ciudad.
Pocas veces ocurre una sincronía tan grande. El caso de Rita es único ya que, al ser retratada por Burgos a los 13 años pidiendo dinero, ahora llegó a ser una de las influencer más grandes de su país. Incluso llegando a tener el dinero suficiente para comprarle una casa a su familia.
Ella claramente no tenía ni la mínima intención de convertirse en una modelo reconocida. Ella se encontraba luchando por poder llevar pan a la mesa de su familia. La imagen del fotógrafo filipino se volvió viral y ahí fue cuando su vida dio un giro de 180°.
La gente quedó maravillada con la belleza de Rita y devastada por su condición económica. La empezaron a apodar «La Chica Badjao», haciendo referencia al grupo étnico o también «La Cenicienta de Lucban». Sus fotografías llegaron a personas como Angelina Ong una ex Miss Universo.
Ella junto con otras supermodelos viajaron a la ciudad de Lucban para apoyarla económicamente y alentarla a entrar en la carrera del modelaje, veían un gran futuro para ella.
No fue mucho después que Rita se creó su cuenta de Instagram y logrando en poco tiempo sus más de 190 mil seguidores. Estos seguidores le ayudaron a tener acceso a patrocinios e incluso le ayudaron con donativos. Hasta ahora se ha hecho de contratos con marcas y programas de televisión.
Gracias a esto es que, la ahora supermodelo, ha tenido la cantidad suficiente de dinero para poder pagarse una educación superior y poder comprarle una casa a su familia, a quienes jamás olvidó desde que estaba pidiendo dinero en las calles.
Esta es solo una historia de miles de millones al rededor del mundo, si una tuvo este desenlace es porque alguien quiso ayudarle. Si nos ayudamos todos, es probable que más historias así se repitan. Comparte esta nota para que estas acciones se repliquen.