Hijo de mujer analfabeta se graduó como abogado: «Ella fue mi mayor apoyo»

No todas las familias cuentan con las mismas oportunidades, algunas tienen más obstáculos que otros pero a pesar de ello, las superan y salen adelante. Uno de los retos más grandes en la actualidad es alcanzar un grado académico; tanto la deserción escolar como el analfabetismo son serios problemas que muchos países del mundo enfrentan.

Lograr que todos vayan a una buena escuela, que aprendan a leer, escribir, valores y diferentes enseñanzas que solo en los colegios pueden recibir es algo sumamente valioso que no todos tienen el lujo de permitirse. Tal vez, es por eso que la generación antes de nosotros tuvieron que sacrificar su propia educación para que otro pudiera estudiar.

La historia de doña Severina es digna de compartir y no por algo en donde ella participó directamente, sino porque gracias a ella, su hijo hoy puede decir que es un abogado.

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Walter Marihno de 34 años pudo lograr todos sus sueños debido a lo que su madre en su momento tuvo que renunciar. La señora es de origen brasileño y es analfabeta por los problemas familiares que tuvo cuando era pequeña.

Sin embargo, su hijo nunca vio como algo negativo que su mamá no supiera ni leer o escribir, al contrario, lo tomó como inspiración y desde que era un niño, Severina se volvió uno de sus principales ejemplos a seguir y fiel impulsora de sus sueños.

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Aunque nunca le exigió nada a Walter, solamente que se enfocara en sus estudios, él trabajó y estudió al mismo tiempo; se dedicó a ser recolector de basura, guardia de seguridad e incluso como dueño de un bar.

Después de algunos años, Walter optó por un colegio privado: «Siempre buscó lo mejor para mí y siempre estuve persiguiendo una meta, algo mejor», comentó.

La señora Severina tuvo a cinco hijos y los tuvo que criar sola en el campo, pero solo Walter pudo obtener un grado de licenciado y lo hizo sacando el punto más alto en el Examen 31 de la Orden de Abogados de Brasil, en Pernambuco.

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«Yo le decía ‘cuando llegues a casa tienes que estudiar, porque si no estudias como yo, no serás alguien en la vida’. El que no estudia es un ciego», contó Doña Severina.

El sueño no se detiene ahí, Walter quiere especializare en licitaciones y convertirse en un juez federal: «Cuando estamos decididos a lograr algo y contamos con el apoyo de la familia, todo fluye», concluyó.

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