La pandemia del coronavirus ha traído consigo una crisis como nunca se había visto en el mundo. Millones de personas han perdido el empleo y las búsquedas por trabajo se han vuelto desesperadas.
Fue esta necesidad la que llevó a un hombre en México a ofrecer su trabajo de una manera original e inusual, por fortuna la suerte le sonrió.
Con 44 años de edad, Ángel Medina, como muchos otros, perdió el empleo durante la pandemia. Además, la pérdida de uno de sus hijos llegó a empeorar su situación.
Es por ello que, como nunca antes, Ángel necesitaba conseguir un ingreso para poder llevar comida a la mesa familiar.
El hombre no contaba con los medios para elaborar un curriculum sofisticado, sin embargo, esto no lo detuvo y comenzó a hacer letreros en hojas de cuaderno escritos a mano y a colocarlos por toda la ciudad con la esperanza de que alguien necesitado de sus servicios le contratara.
Llenó la ciudad con sus letreros, en los que incluía su experiencia y bondades e incluía un número de teléfono:
“Busco trabajo en fincas, tengo experiencia en el manejo de ganado, también sé capar, ordeñar, hago queso y domo caballos. Mi nombre es Ángel Medina, de 44 años, sin malos vicios”
Con fe y esperanza fue pegando uno a uno sus letreros en los postes en las calles de su natal Hermosillo, en el norte del país. Siempre con buen ánimo y con la seguridad de que lograría conseguir un empleo.
Más tarde que temprano varios usuarios en redes sociales vieron los letreros de Ángel y se decidieron a ayudarlo compartiendo el curriculum del hombre. Fue entonces que, en unas pocas horas, le llegaron más de 30 ofertas de trabajo.
«Gracias a eso me llamaron desde Guadalajara para ofrecerme trabajo. Voy a trabajar con un señor en una palapa que está en San Pedro, allá me voy a quedar y voy a cuidar el negocio, y está bien porque la verdad me urgía conseguir trabajo, porque mi hijo estudia y trabaja, pero como ahorita no hay trabajo pues ahí está en la casa y uno pues tiene que salir a buscar», expresó el hombre.
Ahora Ángel está feliz ya que no pedía que le regalaran nada ni limosnas, su deseo de conseguir un empleo se logró y podrá ganarse, con esfuerzo y dedicación, el dinero que tanto le hacía falta. Gracias a esto podrá lograr la estabilidad suficiente para mantener a su hijo y ser un sustento para su familia.
“Lo que yo quería era trabajar y gracias a Dios ya tengo trabajo. Uno piensa que las cosas así se van a quedar mal, pero la verdad es que no, a veces las cosas andan mal pero luego vienen las cosas buenas, así me pasó a mí”, añadió Ángel muy agradecido.
Felicidades a él por no rendirse y luchar por su familia como el hombre que es. Y enhorabuena a todos aquellos que lo ayudaron en su búsqueda de empleo.
Si estás pasando por una situación como esta recuerda que la esperanza muere al último, los momentos malos no son eternos y siempre habrá una luz al final del camino, ¡no te rindas!