La desgarradora historia de Schlitzie, el hombrecito que se convirtió en una estrella del freakshow.

Los freakshows eran espectáculo de variedad que presentaba rarezas biológicas. Durante el siglo XIX y XX fue cuando se dieron las exhibiciones y shows de personas con características inusuales. En su momento, fueron considerados como un complemento de otros espectáculos similares como los circos, carnavales o ferias.

Schlitzie es considerado una de las figuras más importantes en la escena de este tipo de espectáculos, por su apariencia lo llamaron «niño mono», «el último de los Aztecas», «cabeza de alfiler», entre otros.

El origen de su vida sigue siendo todo un misterio, sin embargo, se tienen algunos datos sobre su nacimiento, algunos aseguran que nació en Nueva York y otros en Nuevo México.

También se saben que nació con microcefalia, un desorden del desarrollo neurológico. Con una estatura de casi 120 centímetros, miopía, discapacidad intelectual y un cráneo muy pequeño causando que tuviera una edad mental de 3 años. Schlitzie comenzó a ganarse la vida a muy temprana edad.

Los circos más importantes de principios del siglo XX lo querían como parte de su espectáculo y apareció en shows como parte de su cartelera.

Aunque oficialmente nació como un hombre, poco a poco lo convirtieron en una mujer ante el público, en la mayoría de sus actuaciones salía con vestidos, supuestamente porque facilitaba el cambio de los pañales que tenía que usar por la incontinencia urinaria que sufría.

Schlitzie en ‘Freaks’, película de 1932. | MGM

En 1932, apareció en la película de «Freaks», una cinta que trataba sobre las historias de amor y traición entre varios artistas, muchos de los personajes que aparecieron eran personas que realmente formaban parte de circos.

La película recibió muchas críticas por su temática, además de las escenas y los personajes que presentaron.

A pesar de todo, Schlitzie cautivó al público y siguió su camino en el medio del espectáculo, estuvo de gira por varias ciudades de Estados Unidos. En 1936, George Surtees, un entrenador de chimpancés acudió a los tribunales para convertirse en su tutor legal, al parecer lo logró pero en 1965 cuando Surtees fallece esa relación termina.

La hija de ese señor sin tocarse el corazón o tener algún tipo de preocupación por Schlitzie lo envió a una institución mental en Los Ángeles. Estuvo encerrado en contra de su voluntad por tres años hasta que Bill Unks, un tragaespadas lo reconoció en una actuación en el hospital.

Luego de presionar al hospital para poder sacarlo, Schlitzie salió bajo su cuidado y actuó en el Dobritch International Circus, antes de retirarse a Los Ángeles.

En sus últimos años se dedicó a alimentar patos y palomas en el parque. Falleció en medio de la pobreza en 1971 y por la falta de dinero, su tumba no tuvo una lápida hasta en 2007.

Contesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.