La rechazaron por «lucir pobre» aún así no se rindió y se convierte en jueza

La historia de Antonia Marina Aparecida de Paula, una mujer de 57 años, nacida en Serra Azul de Minas – Brasil, se ha vuelto viral por su gran esfuerzo para llegar a donde tanto quería: humanizar el tribunal, viendo más allá de las apariencias. Esta humilde mujer, vivió una infancia común y corriente, sin lujos, pero llena de muchos sueños. Su madre fue quien la enseñó a leer y escribir, más tarde logró estudiar y se graduó de secundaria.

Antonia se acababa de graduar cuando se postuló para lo que sería su primer empleo, en un reconocido banco. Realizó el examen requerido que asegura haberlo hecho bien, pero más tarde se enteró que no habían ni revisado su examen porque «su vestimenta». Por lo que Antonia decidió mudarse a Belo Horizonte a buscar nuevas oportunidades. Allí encontró trabajo como empleada doméstica. Sin embargo, fueron 7 meses muy duros para ella, pues al no contar con dinero suficiente, tuvo que dormir en una parada de bus.

Pero, su futuro estaba por cambiar, cuando se consiguió un anuncio donde ofrecían un curso para ser oficial de justicia. La mujer no lo pensó mucho y se inscribió, estudiando con copias de textos que otros alumnos tiraban a la basura. Finalmente, logró entrar en una escuela de Derecho y graduarse como jueza. Desde hace 18 años preside el Primer Juzgado Penal de Lauro de Freitas, en Bahía.

Esta mujer es ejemplo de dedicación y superación, pues nunca se rindió a pesar de ser de bajos recursos y haber pasado por momentos de discriminación. Para ella fue muy duro llegar al lugar donde se encuentra ahora. No dudes en compartir su historia.