Lenguaje inclusivo es vetado en las escuelas por ser un obstáculo para “la comprensión de la escritura”.

Esta decisión es considerada una barrera para alcanzar la igualdad de género por colectivos feministas y protestan por la situación. 

Jean-Michale Blanquer, ministro de educación de Francia, tomó la decisión de vetar el lenguaje inclusivo. Esto ya que lo considera como un obstáculo para el aprendizaje de los alumnos y no debe ser usado como alternativa para “feminizar” la lengua. 

Sin embargo, está a favor de que el lenguaje inclusivo se promocione y que ciertos términos se feminicen. Especialmente en cargos de trabajo o títulos, respetando las reglas gramaticales. 

El lenguaje inclusivo añade un sufijo femenino a uno masculino mediante un punto, al menos en el francés. De acuerdo con la circular del ministro, publicada el miércoles 17 de agosto en el Boletín Oficial, cambia el respeto a la concordancia “habitualmente esperada en el marco de los programas de enseñanza”. 

También agregó que “constituye un obstáculo a la comprensión de la escritura”, afecta la lectura en voz alta y la pronunciación al no poder hacerse una transcripción oral de este tipo de grafías. Los más perjudicados son los niños con ciertas discapacidades o problemas de aprendizaje, contradictoriamente a lo que sugiere el lenguaje inclusivo, abundó.

“El aprendizaje y el dominio del francés contribuyen a luchar contra los estereotipos y garantizan la igualdad de oportunidades de todos los alumnos”, lo que no debería ser un obstáculo por ese lenguaje que es complejo e inestable. Grupos feministas defendían este lenguaje porque el usado no es neutro e implica la invisibilización de las mujeres.

Sin embargo, en octubre de 2017 la Academia de la Lengua Francesa lo consideró una aberración, y en noviembre de ese año el entonces primer ministro de Francia (2017-2020) lo prohibió en los textos y actas oficiales.

“En un momento en que la lucha contra las discriminaciones sexistas implica combates contra la violencia conyugal, la disparidad salarial o el acoso, la escritura inclusiva, aunque parece participar de ese movimiento, no sólo es contraproducente para esa causa, sino perjudicial para la práctica y la inteligibilidad de la lengua”, informó la Academia ante este nuevo pronunciamiento del gobierno francés.

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