La forma en que los niños son educados muchas veces pasa de generación en generación. Los padres educan a sus hijos de la misma manera en que fueron educados por sus propios padres, y estos a su vez por sus padres, abuelos, etc. Es cierto que a lo largo de los años, la sociedad cambia y también lo hace la educación; sin embargo, hay métodos que permanecen.
A principios del siglo XX, cuatro pedagogos llegaron para revolucionar la educación de los niños: el estadounidense John Dewey, el alemán George Kershenshteyner, el ruso Antón Makarenko y la italiana María Montessori.
Aunque en las diversas áreas de la ciencia, las mujeres de la época tuvieron muchas dificultades; María Montessori nacie en Italia en 1870 y logró ser pedagoga, médica, psicóloga y psiquiatra. Creó el modelo educativo educativo conocido Método Montessori, famoso en todo el mundo.
Su método se basa en la idea de que el niño sea su propio maestro. Es decir, que aprenda con cada pequeño detalle del mundo a partir de su propia experiencia. Su fundamento pedagógico es la autonomía, independencia, iniciativa, capacidad de elegir, desarrollo de la voluntad y autodisciplina.
La educadora italiana además formuló una serie de «mandamientos» educativos que son más como un recordatorio para los padres de familia. Estos mandamientos sirven de ayuda para asegurar una educación exitosa para todos los niños, no solo los que están involucrados en el Método Montessori.
Estas cortas frases albergan una gran sabiduría con respecto al aprendizaje de los niños. Según Montessori, los niños absorben todo el conocimiento de su entorno, por lo que los padres son el primer modelo a seguir. De ellos aprenderán a desenvolverse en la sociedad, es por eso que los mandamientos están dirigidos a los padres, para que contribuyan a un desarrollo sano, armonioso y equilibrado de sus hijos.
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