En ocasiones solo un castigo severo puede hacer entender a un hijo.
Todos los padres quieren lo mejor para sus hijos, desean que sean personas de bien, empáticos, solidarios y respetuosos de los demás. Por desgracia no siempre es fácil hacer entender a un joven y deben usarse métodos más ingeniosos para que entren en razón.
En un blog de internet, una madre ha contado su experiencia con sus dos hijas adolescentes, Jasmine, de 16 años de edad y Jessica, de 14 años.
Pensando que las estaba criando para ser respetuosas y educadas con los demás se llevó una enorme sorpresa cuando la mayor de sus hijas le mostró un video en donde Jessica criticaba a una vagabundo que le pedía limosna y le decía:
“Deja de pedirme dinero, te lo ganarías tú mismo si no fueras haragán y gastaras lo que ganas en sustancias…Sí, la gente está acampando por diversión, incluso en diciembre, no puedes quejarte, estás viviendo las vacaciones de alguien más.»
La madre no podría creer que lo veía, sabía que no podría dejarlo pasar y que necesitaba hacer entender a su hija y darle una dura lección, así lo explicó:
«He cerrado con llave la puerta de su habitación de modo que no pudiera entrar, puse un cartel escrito que decía: «cerrado por vacaciones», puse una carpa en el jardín y lo llené de mantas y la bolsa de dormir que usaba cuando iba de campamento en Noruega»
Luego le dioun ultimátum a la chica: o dormía una noche en la carpa en el exterior para sentir en propia piel cómo vivía el vagabundo a quien había ofendido, o le quitaba su celular para siempre.
El ultimátum funcionó, Jessica durmió al aire libre y, según la propia madre, la joven aprendió la lección.
Hay quienes dicen que la lección fue demasiada severa, otros tantos aseguran que fue demasiado leve, pero lo importante es que Jessica no lo olvidará y sin duda será más amable y comprensiva con aquellos más desfavorecidos.
Mira la historia en video aquí:
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