Miep Gies, la persona que escondió a Ana Frank y compartió su diario con el mundo

En 1933, una joven Hermine Santruschitz de 24 años comenzó a trabajar en Opekta, una compañía dedicada al comercio de especias y elaboración de mermeladas, ahí conocería a su futuro esposo Jan Gies y a su jefe, Otto Frank, empresario judío que huyó de Alemania para vivir en Holanda a causa de la persecución nazi.

Con el tiempo, Hermine conoció a la familia Frank, incluida Anne, niña que se volvió famosa por su conmovedora historia publicada en un libro. «El diario de Ana Frank» existe gracias a Santruschitz, quien recuperó las memorias de Anne del refugio donde se escondía la familia.

Miep Gies llamada así desde que llegó a Holanda, ayudó a varias personas durante la ocupación Nazi, desde pequeña pasó por una serie de obstáculos, a los 11 años la enviaron a los Países Bajos para ser adoptada por otra familia debido a la escasez de alimentos en Austria, también se negó a ser parte de un grupo nazi local, acción que cambiaría su vida.

Colección de fotos: Anne Frank Stichting, Ámsterdam

Por ello, obligaron a Miep a volver a Viena, invalidaron su pasaporte y al ser Austria un país anexado a Alemania en aquel entonces, obtuvo la ciudadanía alemana.

Como una acción preventiva, Gies se casó antes de lo planeado con su prometido, quien era nativo de Ámsterdam, la intención era convertirse en holandesa por matrimonio.

Gracias al acercamiento de su familia con los Frank, Miep pudo esconder a todos y a otros judíos en un refugio arriba de las oficinas de la empresa en 1942, ella y otros empleados pusieron en riesgo su vida para salvar a otros.

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Por más de dos años, Gies mantuvo el secreto de los Frank, su estrategia para no causar sospecha era visitar el mercado todos los días, no compraba alimentos en exceso y también usaba los cupones de comida de su esposo.

Finalmente y después de lo que para muchos fue un milagro por no ser descubiertos por tanto tiempo, el 4 de agostos de 1944, la SS allanó el anexo y arrestó a todo el que se encontraba ahí, además, fusiló a los involucrados.

Foto: Cordon Press

Miep intentó sobornar a un oficial de Viena para tratar de salvar a las familias, pero sus intentos fueron en vano. Ana Frank pereció junto a su hermana en el campo de Bergen-Belsen un mes antes de finalizar la guerra. De todos los ocupantes del anexo, solo sobrevivió Otto Heinrich Frank.

Gies pudo ocultar los escritos de Anne y se las llevó sin leerlos, su intención era devolvérselos a la niña pero tras el final de la guerra se enteró que no podría hacerlo, poco después se las entregó a su padre, quien se encargaría de publicar uno de los grandes testimonios de las atrocidades que sufrieron los judíos durante la guerra.

Nunca se mudó a otro lugar, vivió en Ámsterdam hasta sus últimos días, también tuvo un hijo con su esposo en 1950 y escribió el libro «Mis recuerdos de Ana Frank».

Rob Bogaerts / Anefo – Nationaal Archief

Cincuenta años más tarde, reconocieron a Miep Gies con numerosos premios. Recibió la Orden al Mérito de la República Federal de Alemania y la Medalla Wallenberg de la Universidad de Michigan y en 1995, la Reina Beatriz de los Países Bajos le otorgó la Orden de Orange-Nassau.

“Tengo cien años ahora. Esta es una edad admirable, e incluso llegué a ella con buena salud. Así que es justo decir que tuviste suerte, y tener suerte parece ser el hilo conductor de mi vida”.

Falleció el 11 de enero de 2010, con 100 años de vida y miles de anécdotas e historias en su memoria.

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