Tener hijos es lo que muchas personas reconocen como el objetivo de vida de todas las mujeres, pero para otros esto no es una prioridad ni un estándar a cumplir, incluso hay quienes lo pueden llegar a prohibir. Tal es el caso de Stana Cerovic, una mujer que vive en Montenegro, dentro de los países balcánicos.
Stana duró toda su vida soltera para honrar una promesa que le hizo a su padre antes de que él falleciera. Esta promesa se relaciona con una tradición del medioevo que aún se mantiene en algunas partes de los Balcanes, y sobre todo en Montenegro.
Se trata de «Las Vírgenes Prometidas», tradición de las zonas rurales de aquél lado de Europa. Las familias que no tenían varones y que solo tenían mujeres las trataban como un hombre, debido al estatus que el tener un hijo daban a las familias. En estos casos les prohibían tener relaciones sexuales, les cortaban el cabello y las vestían como varones.
Ella tenía dos hermanos menores y, cuando ellos murieron, prometió a su padre, Milivoj Cerovic, que jamás se casaría para conservar su apellido y salvar su linaje.
De acuerdo al periódico El Clarín, esta tradición nació en las comunidades del siglo XV, en aquella época las tribus tomaron un código como norma llamado Kanun, dicho código cita que las mujeres podían tener todos los privilegios que tenían los hombres, como ir a bares o inmiscuirse en la política, con la única condición de no tener relaciones sexuales.
Stana es la única mujer que se conoce que ha acatado dicha norma actualmente, pues ya son arcaicas, por lo que ella será la última «Virgen Prometida». Con el paso de los años su salud se fue deteriorando y, aunque llegó a vivir 85 años, tuvo que vivir en un geriátrico pues, llegó al punto donde no se podía valer por ella misma y seguir viviendo en las montañas.
Stana murió manteniendo su promesa sin tener hijos ni ningún tipo de relación en toda su vida ¿Tú podrías hacer una promesa tan grande? ¡Déjanoslo saber en los comentarios! Comparte esta nota con tus amigas para que nos digan si ellas podrían.