El sueño de muchas mujeres es poder llegar a conseguir a ese hombre que les cambie la vida por completo, esa persona que además de tu pareja es tu mejor amigo, tu confidente y a la primera persona a que recurrirás ante cualquier circunstancia de la vida porque sabes que entre los dos buscaran una solución y te sentirás protegida entre sus brazos.
Formar una familia, un hogar en donde todos puedan vivir y crecer en armonía y paz es el objetivo de toda pareja, el hecho de decidir traer hijos a este mundo es una de las mayores responsabilidades que como adultos debemos enfrentar, ya que una pequeña vida va a depender de nosotros, de nuestra estabilidad y salud emocional y mental.
Lamentablemente hoy en día vemos como muchos jóvenes se toman este asunto a la ligera, sin tomar en cuenta las consecuencias que traen consigo el hecho de concebir a un hijo, tanto los problemas económicos como la independencia que disfrutaban pueden ser posibles detonantes para que la ruptura de la relación se presente y empiecen los problemas en el hogar.
Es aquí cuando nos damos cuenta que realmente nunca llegamos a conocer a la persona que teníamos a nuestro lado, pues ese príncipe que imaginamos tener junto a nosotras resulta ser todo un ogro maltratador.
En una sociedad machista que un hombre maltrate a su esposa y sobre todo frente a sus hijos esta moralmente bien visto, es aceptable pero honestamente como sociedad estamos causándole un daño irreversible a nuestros hijos porque van a crecer con la idea de que maltratar o ser maltratada y abusada física, verbal y emocionalmente está bien y no es así. Un hombre maltratador no es ni será jamás un buen padre.
Un buen padre debe enseñar a sus hijos los valores del respeto, de la empatía, del cuidado y el amor por el prójimo. Pero ¿Cómo vas a enseñar esto a tus hijos si tú no lo practicas? Es irónico pensar que un niño va a tratar con respeto y amor a su pareja y hasta a su misma madre cuando ve que su propio padre la maltrata en todo momento.
El buen padre debe demostrarles a sus hijas la clase de hombre que ellas se merecen, alguien que las cuide, que las valore, que les brinde protección, nunca lo contrario, nunca menos que el amor que él como padre les brindo a ellas y su madre.
Si bien es cierto que los hijos no deben juzgar a sus padre como esposos si no como padres, es importante que seamos hombres y mujeres completos, que nuestros hijos se vean reflejados en nosotros, ya que sus acciones nos demuestran todo lo que aprenden y ven en el hogar.
Una madre puede soportar el dolor más grande solo por ver felices a sus hijos, son las madres las que se colocan en un segundo plano desde el momento en que reciben la gran noticia de que serán madres pero no por eso deben aguantar y soportar vivir al lado de una persona que las desprecie y las dañe emocionalmente.
Ninguna mujer merece ser trata como un objeto, todas merecen respeto y donde no consigas eso debes irte. Sin importar el que dirán, los comentarios de las terceras personas son insignificantes si los comparas con tú felicidad y bienestar emocional.
Seamos dignos representantes de todo aquello que conlleva y arropa la palabra “PADRES” para nuestros hijos, seamos más pacientes, empáticos y respetuosos, seamos todo aquello que deseamos sean nuestros hijo y sobre todo lo que anhelamos lleguen a recibir de la vida, recordemos que ellos son el reflejo de lo que ven y aprenden de nosotros.
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