Ya no le quedaban y quiso que alguien más los aprovechara.
Los actos generosos vienen en todos los tamaños, colores y formas; y cualquier persona puede realizarlos sin importar su posición, origen o edad. Y una niña brasileña es el claro ejemplo de esto pues realizó un tierno gesto para una de sus compañeras que dejó a la comunidad impactada.
Mary Moraes es una maestra de primaria en la localidad de Cruzeiro do Sul, al oeste de Brasil. Imparte clases a los niños de primer grado y nunca se imaginó ser testigo de un insólito pero bellísimo acto. Quienes han trabajado y convivido con niños saben que estos pequeños seres humanos están llenos de generosidad, compasión empatía.
Un día como cualquier otro, Mary se encontraba frente a su grupo sin saber que estaba a punto de suceder algo bastante peculiar que la llevaría a derramar algunas lágrimas. Isabela, una alumna del segundo grado se acercó a la puerta del aula y le pidió permiso a la profesora de hablar con sus alumnos. La pequeña se paró frente a todos sus compañeros y anunció que quería regalar unos zapatos que ya no le quedaban.
«Quiero hacer una donación de este hermoso par de zapatos, que son número 27 porque ya estoy usando talla 28», dijo la niña, de acuerdo con Mary.
Y por fortuna había otra niña a la que esos zapatos le venían de maravilla. Ilusionada, le dijo a Isabela que ella calzaba de ese número y le gustaría usarlos. La maestra se conmovió muchísimo ante este acto de bondad e inocencia sin imaginarse que todavía habría algo más.
Cuando la alumna dijo que a ella le quedaban los zapatos; Isabela inmediatamente se arrodilló para ponerlos en sus pies.
Como en el cuento de la Cenicienta; esta niña decidió poner ella misma los zapatos a su compañera. Quedó encantada con el resultado y no pudo ocultar su alegría al ver que encajaban perfecto en los pies de aquella niña.
Ante la mirada atónita de la maestra y el resto de los alumnos, Isabela realizó un hermoso acto de generosidad y amor. Por su parte, Mary se emocionó hasta las lágrimas pues no podía creer lo que acababa de presenciar. Y para tener un recuerdo permanente de este bello momento, la profesora tomó un par de fotografías que luego compartió en sus redes sociales.
Por supuesto, las imágenes y la historia terminaron por conmover a todos los internautas, quienes aplaudieron el noble acto de la niña. Entre los muchos comentarios, la gente destacaba la bondad inherente que existe en los niños y que los padres de Isabela estaban haciendo un excelente trabajo al inculcarle valores. También aseguraron que será una adulta excepcional, solidaria y generosa.
La curiosa coincidencia dejó al descubierto que todos podemos ayudar a otros pues el altruismo no tiene edad. Esta niña nos demostró que cosas pequeñas pueden hacer grandes cambios.
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