Una mujer captó esta imagen desgarradora.
La situación de pobreza es algo que ha llegado a muchos lados del mundo. El hecho de que la mayoría de personas en el mundo, no tengan condiciones de vida dignas hace que escenas, como la que te vamos a contar, se repitan más de lo que creemos.
En las inmediaciones de Quezon City en Filipinas, hay cerca de 3000 niños que vivan en las calles, esto los pone en situaciones de vulnerabilidad en muchos aspectos. Desde la salud, derivados de la mala alimentación, el frío, la falta de higiene, hasta los peligros del ambiente donde viven, como la propensión al consumo de sustancias nocivas, hasta sufrir de diversos abusos.
Dentro de estos 3.000 niños olvidados se encuentra Rommel Quiminales, quien vive en la calle desde que tiene 10 años debido a que sus padres se separaron y ninguno quiso hacerse cargo de él.
Maria Kabs, una usuaria de Facebook, se encontró con él en la calle y se conmovió al verlo acompañado de su pequeño perro. Se bajó de su auto y conversó con Rommel y su historia la rompió, tano que ella la compartió en su perfil personal de la red social.
Rommel comentó que vio al pequeño Badgi (su mejor amigo de cuatro patas) andando también solo en la calle y que fue así como se hicieron amigos, yendo a todos lados juntos. En algún momento, Badgi tuvo que defender a Rommel de otros niños, quienes a veces quieren agredirlo o robarle lo poco que ha podido reunir pidiendo por las calles.
«Cuando esos niños vinieron a robarme, Badgi empezó a ladrar, ellos se asustaron y se alejaron de mi». comenta María que le dijo Rommel.
El pequeño dice tener una hermana que va a visitar cuando logra reunir el suficiente dinero para moverse a la ciudad de San José. Ella también trabaja pero no gana mucho dinero, por lo cual tampoco puede ocuparse de Rommel. Él solo quiere estar acompañado siempre de su pequeño perro protector y también sueña con poder ir a la escuela.
“Ahorro el dinero que gano mendigando y ya pude comprarme un cuaderno”, dijo Rommel.
Su sueño es convertirse en veterinario o actor pues quiere terminar algún día la escuela. Ama los animales, de acuerdo a María.
La publicación estallo en las redes locales de Filipinas por lo que hubo gran movilización para ayudar a Rommel, lo más reciente que se sabe del hecho es que el pequeño pudo inscribirse en la escuela.
“Sólo pido monedas, no robo nada”. Es lo que Rommel no paró de repetir.
Esta es solo una historia que, aparentemente, terminó muy bien para el niño, pero año con año la brecha entre pobres y ricos crece, por lo que esperamos que algún día no solo Rommel, sino que todos los niños pobres tengan su oportunidad gracias más personas que se interesen por ellos. Comparte la nota para que más personas sepan que entre todos, podemos ayudarnos.