Silvia Jacome nació como hombre en México, pero siempre se sintió como una mujer, tras su transición ha mantenido sus gustos y vive feliz.
La sociedad no es un ente estático, siempre está en constante cambio de costumbres y paradigmas. Cosas que fueron comunes en el siglo XVII, como las pelucas, el color rosa y los tacones para hombres, dejaron de serlo para el siglo XX. Tenemos una falsa noción de que conforme pasa el tiempo estamos «progresando» y que lo que un día fue, ya no tiene cabida en el mundo actual.
Sin embargo, aún cuando tenemos una sociedad «normativa» y tenemos que estar en constante crítica y análisis a estas «normas». Esto no significa que al decir que «Las cosas no siempre fueron como son» estamos pidiendo o insinuando que hay que regresar en el pasado y volver a ser esa sociedad «ideal» que cada persona tiene en su cabeza.
Hay que tomar lo que mejor nos ha dado, como la ciencia, la tecnología, la salud y avances que hacen de nuestra vida más sencilla, pero también hay que saber que lo que hoy llamamos «normal» en el futuro será otra cosa.
Estos cambios nunca van a ser sencillos, siempre habrá quien se queje y no quiera entender los nuevos paradigmas que se están gestando día a día, y son ellos los que tienden a ser más conservadores y reacios a los cambios, rechazando así a quienes ya no piensan como ellos.
Este es el caso de Silvia Jácome, una mujer trans que reside en México y que a pasado un largo proceso para poder entender quién es ella en ese mundo. Se graduó de la Licenciatura en Comunicación y actualmente es maestra de educación sexual. Le apasiona el Rugby y ha sido la única persona en jugar en la liga mayor en ambas categorías: Varonil y Femenil.
A sus 67 años aún recuerda su infancia y las actitudes que la sociedad y su familia tenían hacia ella y su sentimiento femenino, el cual lo llevó a descubrir que era una mujer atrapada en un cuerpo masculino.
Para su familia resultó una total paradoja que además de sentirse mujer, fuera lesbiana, es decir, que se sintiera atraída por las mujeres. Una de las personas que más le cuestionó esto fue precisamente su madre, quien una vez le dijo «¿Para qué te convertirse en mujer, si te iban a gustar las mujeres?«, pero ella entiende que todo viene desde la incomprensión.
«La primera fue mi madre (…) Recuerdo que después de un tiempo mi madre me preguntó que si entonces ahora tendría un novio o un esposo. Al decirle que no, que me seguían gustando las mujeres, casi le da un infarto. Me dijo que entonces para qué había ‘dejado de ser hombre‘. También en alguna ocasión en la que le dije que en la noche saldría con unas amigas para ir a jugar billar y tomar cervezas, me cuestionó que para qué había cambiado, si de todas formas seguía haciendo ‘cosas de hombres'», comentó Jácome a Infobae.
Esto solo impulsó su deseo como activista y su misión de crear comprensión entre las demás personas, siempre con el respeto de por medio. Asegura que ser mujer le ha ayudado en su vida en múltiples maneras, pues ahora conoce la verdadera felicidad cuando por fin se ve al espejo y se reconoce.