Naver Herbert y Maia Falwasser cumplieron uno de sus más grandes deseos, casarse. Para muchos no tiene mucha relevancia, son solo dos personas que quisieron hacerlo, pero lo que hace a este par de enamorados especial es que solo lo hicieron por un día.
Navar tenía un tipo de cáncer muy agresivo y peor aún, terminal. Un tumor cerebral le arrebató la oportunidad de pasar el resto de su vida con Maia y su pequeño hijo de 11 meses. Sin embargo, su diagnostico poco alentador no lo detuvo para celebrar su amor con Maia y casarse con ella.
El 24 de junio de 2019, Maia olvidó por completo que perdería al amor de su vida muy pronto y se casó con su mejor amigo y el padre su hijo. La ceremonia fue muy conmovedora y los invitados realizaron una emotiva danza maorí en la Costa Dorada de Australia.
30 horas y 34 minutos después de casarse, Naver falleció después de una larga batalla contra la enfermedad. En los últimos meses de vida, los doctores le explicaron que no había cura para su cáncer y que lo mejor era tratar de disfrutar lo que le quedaba de vida.
Su familia se centró en hacerlo feliz y darle la mejor atención posible, él solo les pidió que lo llevaran a un centro comercial. Allí compró un anillo de compromiso para proponerle matrimonio a su novia Maia.
Ella aceptó y cuando llegó el momento de la boda, Herbert se acercó a su madre y le confesó:
“Hoy es el día en voy a morir”, según recoge NZ Herald. Inmediatamente, la madre lo reprendió, asegurándole que pronto vendría su hermano y que se casaría a las 4 de la tarde.
El ex jugador de Gold Coast Rubgy se acercó a su novia y se casó con ella por lo menos, por algunas horas pudieron decir que eran marido y mujer.
Falsewasser compartió las imágenes de ese día en una página de GoFundMe, con la intención de recaudar fondos para llevar el cuerpo de Naver a su ciudad natal en Nueva Zelanda.
Uno de los videos de la boda, muestra a los invitados, a los padrinos ayudando a vestir al novio y el momento cuando él se acerca a Maia para decirle un bello mensaje.
“Hola mi esposa, hola mi bebé. Te amo”.
Las muestras de cariño y apoyo no se hicieron esperar por parte de familiares y amigos, incluso los Nerang Bulls, su club de rugby favorito le organizaron un merecido homenaje para despedirlo.
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