Contrario a la creencia general, tener una familia nuclear, es decir papá, mamá e hijos, es algo poco común. La mayoría de las casas, por lo menos en América Latina, son formadas por un padre o madre y otros familiares, además de sus respectivos hijos. Hay casas con hasta 8 integrantes de diferentes núcleos. No es coincidencia que la «caricatura» de la familia latina sea de esta manera.
Es por esto que muchos niños que crecen viendo la figura ideal del matrimonio perfecto deseen eso para sus padres. Los niños quieren que sus papás sean felices, es todo en cuanto sueñan.
Este fue el caso de Isadora, ella siempre quiso que su madre y su novio formaran una familia, no importándole que él no fuera su padre. Y fue por eso que en 2016 Nicole de Souza y Diogo Bolant contrajeron matrimonio en una bonita ceremonia, sin embargo, al final, después de aceptarse el uno al otro, todavía quedaba una sorpresa más.
Nicole y Diogo habían salido durante 3 años antes de unirse en matrimonio. Durante ese tiempo, Isadora había comenzado a tener una relación especial con el novio de su mamá, al grado de que comenzó a llamarle «papá». A Diogo esto le era muy enternecedor, por lo que el día de la boda con Nicole había preparado algo especial.
Cuando se terminó la ceremonia religiosa, el ahora recién casado pidió que Isadora se acercara al púlpito. Ahí se arrodillo frente a ella, que se había colocado al lado de Nicole pues era parte de sus damas de honor, y mirándola a los ojos le preguntó: «¿Serías mi hija por siempre?»
Sin tomarle ni un segundo en responder, la pequeña de 6 años «le dio el sí» y comenzó a llorar de alegría. Fue entonces cuando Diogo sacó un anillo y se lo puso a Isadora en su dedo, ella prometió no volver a quitarselo nunca y saltó a sus brazos fundiéndose los tres en un hermoso abrazo.
«Tuve la idea de darle una sorpresa con Nicole hace un rato. Fue para que Isa se sintiera parte de esta familia que se está formando», expresó el padrastro en entrevista para «Mirror».
No te olvides de compartir el amor que Diogo le tiene a Nicole e Isadora. Una vez más, esta es la prueba de que un buen padre no es quien engendra, sino quien está dispuesto a amar a un menor sin importarle que no sea su hijo.