Las tragedias pasan así de la nada, sin saberlo o pensar que te va a tocar sufrir algo parecido cuando menos de lo esperas, sin embargo, además de lo malo que podemos decir de ese momento, en ocasiones sirve como un medio de aprendizaje. Por ejemplo, cuando algún accidente azota tu familia o una enfermedad, es imposible saber el resultado.
Desgraciadamente, cuando se habla de algún tipo de enfermedad congénita o hereditaria, es importante resaltar que no todos los miembros de la familia van a compartir esos genes, aunque la posibilidad es alta. Tal es el caso de la historia de un padre que tuvo que despedirse de sus tres hijos debido a un extraño síndrome.
Régis Feitosa de 52 años es un empresario brasileño, diagnosticado con el síndrome de Li-Fraumeni, una afección que aumenta el riesgo de tener cáncer a lo largo de su vida. Los tipos de cáncer más comunes asociados son los sarcomas, los osteosarcomas, el de seno, cerebrales o leucemias.
Contra todo pronóstico, tres hijos suyos padecieron cáncer en un período de 5 años y ninguno sobrevivió, esto sumado a que él también estaba luchando por su vida. De acuerdo a la información de la BBC News Brasil fue en 2016 cuando les diagnosticaron esta extraña condición genética a los cuatro miembros de la familia.
Beatriz solo tenía 9 años cuando la diagnosticaron y fue la primera en enfermarse. Trataron de hacer lo posible para salvarla, de hecho, se sometió a un trasplante de médula ósea pero el cáncer regresó más agresivo y solo pudo aguantar un año.
Pedro de 17 años tuvo osteorsarcoma, afectando principalmente a sus huesos, por varios años pudo sobrellevar la enfermedad, hasta que falleció a los 22 años a causa de un cáncer cerebral.
La pequeña Anna Carolina sufrió de leucemia linfocítica a los 12 años y ella luchó por más de una década, sin embargo y después de muchas rondas de quimioterapia y radioterapias murió a los 25 años por un tumor en el cerebro.
“En cuatro años y medio, perdí a todos mis hijos (…) Los resultados demostraron que yo tenía una alteración genética que lamentablemente también se transmitió a mis hijos y que potencia la aparición de cáncer“, contó Régis.
Aunque se quisiera prevenir, Régis no puede pues es un diagnóstico complicado según los doctores. A pesar del dolor que ha sufrido al tener que despedir a sus hijos primero, él sigue luchando por su vida. Hace poco le detectaron un linfoma de Hodgkin.
“Mis hijos dijeron que yo era tan víctima como ellos. Hoy mi opinión es que tenemos que vivir intensamente, con la mayor alegría. Mi hijo dijo una frase muy coherente: ‘Nadie puede medir el dolor del otro‘“, dijo.
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