El descubrimiento del mural que muestra enormes criaturas alimenta una polémica acerca de la megafauna prehistórica.
En la antigüedad, cerca de hace 10.000 años, perezosos gigantes, gliptodontes, caballos prehistóricos entre otras especies de la megafauna de finales del Pleistoceno, vivían en lo que hoy conocemos como la Amazonía colombiana.
Un reciente estudio sugiere que los humanos llegaron a esta región y que interactuaron con esta megafauna, incluso hay quienes dicen que ellos plasmaron algunas especies que ya están extintas en su arte rupestre, el cual se encontró en la Serranía de Londosa, cerca de los límites con la selva.
José Iriarte, un arqueólogo de la Universidad de Exeter y quien fue el líder del equipo que descubrió las paredes con los murales a unos 200 kilómetros del Parque Nacional Serranía del Chiribiquete, comenta que para él esta posibilidad es más que un hecho.
A través los 12 kilómetros de paredes verticales, el arte de la Serranía de Lindosa sorprendió al equipo por el perfecto estado en el que se encontraron. Además de plasmarse escenas de la vida común de lo que se presume son los primeros humanos contemporáneos en llegar a esta zona.
Las huellas humanas de hace 12.000 años, de acuerdo a Iriarte, aseguran que las pinturas del sitio representan un retrato fiel de la fauna amazónica, tanto actual como la extinta. En los trazos se pueden ver aves y tortugas que aún se pueden ver en esta selva tropical.
El debate
Sin embargo, un estudio publicado en el Philosophical Transactions of the Royal Society B, han levantado una polémica entre los arqueólogos y paleontólogos al sugerir que las paredes representan fauna como perezosos gigantes, elefantes y caballos prehistóricos.
La imagen que más se ha hecho popular que toma el estudio es la que viene en portada de este artículo. En ella se muestra lo que se presume ser un perezoso gante acompaña de su cría frene a un grupo de seres humanos. A simple vista los elementos trazados parecen estar a escala, lo que haría que la proporción de nuestra especie sea la mitad de los supuestos perezosos, premisa que Irirarte comparte y apoya.
Del otro lado del debate existe quienes niegan que se pueda identificar especies extintas a partir de pinturas rupestres ya que faltan pruebas que permitan sustentar la hipótesis. El equipo estima que las pinturas de la Serranía Lidosa tienen entre 12.000 y 8.000 de antigüedad. Otros expertos que no están involucrados en el estudio sostienen que las pinturas son más recientes.
De acuerdo a estos otros, los animales que se representan no serían parte de una megafauna prehistórica, sino de especies ya conocidas en la actualidad. Especies como tapires capibaras y hasta caballos que llegaron américa con los europeos.