Vecinos le regalan una casita a la mujer de limpieza que perdió su casa

La historia de Rosa no te parecerá ajena, puesto que está humilde mujer perdió su casa producto de los estragos que trajo consigo la pandemia del covid-19.

La humilde Rosa vivía en un pequeño piso, alquilado, el cual pagaba sin falta cada mes ya que tenia más de 20 años trabajando para una empresa de limpieza y al momento del inicio de la pandemia no pudo seguir pagando la mensualidad de su vivienda, por lo que la dueña del lugar la saco a la calle sin importarle como haría esta mujer.

Le tiraron a la calle todas su cosas, fue muy triste ver como Rosa suplicaba que le dieran un mes más para ella poder solucionar”.

Lamentablemente no hubo manera de hacer entrar en razón a la arrendatario y Rosa se tuvo que ir a vivir con su hermana.

Rosa era una empleada ejemplar, siempre presta a ayudar a todos los inquilinos, nunca llegó a faltar nada en ninguna vivienda y por tener más de 20 años ejerciendo tu trabajo como la señora de mantenimiento y limpieza vio crecer a la mayoría de las personas que habitaban allí.

“Rosa es una parte importante para todos nosotros, por eso al enterarnos de lo sucedido quisimos ayudarla”.

Los vecinos se enteraron del terrible acontecimiento por el que paso Rosa al ver que pasaban los días y ella no asistía a su trabajo como era habitual.

Fue en ese momento en que todos decidieron ayudar verdaderamente a esta humilde mujer que durante años les brindo una sonrisa día tras día y le regalaron lo que seria el sueño de Rosa.

La llamaron, haciéndola creer que todos necesitaban de su servicio de limpieza. Rosa no lo dudo ni un segundo y fue con su uniforme y todos los productos de limpieza a lo que era, mas que su puesto de trabajo, su segundo hogar.

En el ascensor estaban grabando el momento memorable para Rosa sin que ella pudiese darse cuenta e iban pasando hojas describiendo todo lo que iba a ocurrir a continuación.

Al llegar a un piso el cual no tenía absolutamente nada dentro de él, todos los vecinos le dieron la gran noticia que la haría estallar de alegría.

“Rosa este piso es para ti”.

La incrédula Rosa no lo podía asimilar, mientras los vecinos le decían que entre todos iban a hacerse cargo del arriendo y que ella era la única propietaria, ella solo lloraban de emoción y alegría.

Su vida cambió para siempre, ahora era dueña de un apartamento con 4 habitaciones, 3 baños y 1 balcón, solo para ella.

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