Las ballenas son las reinas cuando de tamaño se trata. La conocida como ballena azul, por ejemplo, no solo es el animal más grande de los océanos, sino de todo el mundo, hasta el día de hoy. Incluso este gigante marítimo puede ser el animal más grande que jamás haya existido. Más grande incluso que los dinosaurios que alguna vez caminaron en la Tierra. La lengua de la ballena azul puede alcanzar los 180 kilos.
Cuando una ballena muere, por lo general, su cadáver es muy pesado y se hunde en el fondo del mar, convirtiéndose en una fuente de alimento para los tiburones y otros peces. Sin embargo este no es siempre el caso. Hay situaciones en las que la muerte de la ballena toma el camino opuesto, y en lugar de hundirse, el cuerpo flota hacia la superficie y queda sujeto a las corrientes oceánicas, llevándolas a encallar en las playas.
Esto es peligroso pues ¡Algunas especies son potencialmente peligrosas ya que tienen tendencia a explotar! Por eso es una buena idea alejarse del cadáver de una ballena, especialmente si es muy grande.
Esta es la razón por la que explotan las ballenas: gases acumulados. Por ejemplo, en un ataúd normal sin sellar, los gases del cuerpo escapan gradualmente al aire. Pero algunas especies son como ataúdes sellados. Tienen capas muy gruesas que impiden que los gases se escapen después de la muerte, y se acumulan hasta alcanzar una presión enorme. Cuando esto sucede, las entrañas del animal pueden volar por los aires.
Para evitar que una ballena muerta en una playa se convierta en una bomba de tiempo, los biólogos que atienden sus encallamientos hacen pequeños agujeros en el cadáver para que se liberen los gases. No siempre funciona, pero es mejor que nada. Lo que nunca se debe de hacer es usar dinamita para hacer estallar una ballena. Y por más tonto que suene, esta fue una idea que tuvieron los residentes de una ciudad en Estados Unidos a finales de la década de 1970.
La idea detrás del uso de explosivos era romper un cadáver en la playa en pedazos muy pequeños para que otros animales pudieran comérselo. Pero como te lo puedes imaginar, todo resultó en un tremendo desastre. Partes del cadáver fétido volaron en todas direcciones, destrozando coches y golpeando a personas que tenían uno de los peores días de sus vidas.
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