Cuando decides realizar cualquier evento, fiesta o celebración, una de las primeras cosas que se deben tener presente es el fotógrafo de la fiesta. Esa persona profesional que se encargará de capturar cada mínimo de ese momento tan especial para ti y tus allegados.
Es por eso que escatimar en los gastos con respecto a este tema puede marcar una gran diferencia.
Sobre todo en un evento tan único y memorable como el día de tu boda.
Contratar el lente de un profesional es crucial para que puedas guardar y capturar los mejores momentos de ese día para conservarlos y que queden guardados hasta la posteridad.
Sin embargo hay sus excepciones y esta pareja nos enseña de una manera un poco cruel que para este tipo de eventos siempre debes invertir un poco más de dinero para obtener lo que deseas.
Esta pareja de novios decidieron ahorrarse algo de dinero y pensaron que el trabajo de un fotógrafo podría realizarlo cualquiera sin ningún problema.
“Ellos me pidieron a mi que les sirviera de fotógrafa, aunque yo no tenga ningún conocimiento al respecto”.
Esta invitada a la boda de sus amigos, es una veterinaria que decidió ayudarlos en ese momento pero luego se arrepintió durante toda la fiesta.
“Me pidieron que tomará las fotos, no importaba si estaban bien o mal, ellos solo querían guardar algún que otro buen recuerdo. Es más me ofrecieron $250 para capturar todos sus momentos especiales”.
Realmente $250 no representaba absolutamente para cubrir un evento de 10 horas pero por la amistad que se tenían, la joven accede ante sus peticiones.
Y ese fue el principio del atroz final.
Alrededor de las 11am la chica empieza a tomar fotos en un evento que debía culminar a las 7:30pm. “A las 5pm estaba realmente cansada, acalorada y hambrienta. Cuando me acerco a la mesa para comer algo, el novio se me acerca y me dice que yo no podía sentarme a comer porque tenía que seguir con mi trabajo de sacar las fotos y que además de eso yo no tenia puesto en ninguna mesa».
Efectivamente estaba en lo cierto, al darse cuenta que no tenía ningún puesto en las mesas la joven indignada se acerca nuevamente al novio y le pide algo de agua ya que el calor era insoportable y como respuesta recibió.
“Si sigues molestando te iras de aquí sin tu paga».
Estas palabras era lo último que la joven pudo escuchar, miró fijamente a los novios y en su cara, borro todas y cada una de las fotos tomadas por ella ese día, se dio media vuelta y más nunca supo de esta pareja de novios que por tacaños se quedaron sin ningún recuerdo plasmado en fotografía.
Toda esta anécdota fue narrada por la joven protagonista de este incomodo momento a través de sus redes sociales y se hizo viral en pocos minutos, ya que millones de personas se solidarizaron con ella.
No olvides compartir esta publicación y comenta si crees que la acción de esta joven fue la más correcta ante la circunstancia.
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