Estamos seguros que esa sensación de haber sentido una especie de puñalada en el pecho la han llegado a sentir o experimentar muchas personas alguna vez en su vida, algunos lo asocian a la falsa creencia de que su cuerpo los esta alertando de algún peligro o que posiblemente algo malo esta por ocurrir.
Este dolor agudo y repentino en el pecho, podría haber sido una condición llamada síndrome de captura precordial (PCS). La buena noticia es que, a diferencia de un infarto, no es dañino y mucho menos fatal. A diferencia de un ataque al corazón, el dolor no se irradia ni se «extiende» a otras áreas del cuerpo. Es importante que sepas que, a diferencia de un ataque al corazón, PCS no causará otros síntomas, como sentirse enfermo o vomitar.
Este dolor se encuentra en un área en la parte frontal o lateral del pecho, por lo general no más grande que una o dos puntas de los dedos de ancho. De ahí el nombre “precordial”, que significa “frente al corazón”.
Respirar puede hacer que el dolor sea más intenso y algunas personas descubren que las respiraciones superficiales pueden ayudar a aliviar los síntomas. Otros dicen que una inhalación profunda puede desencadenar una «sensación de estallido» que resuelve el problema, «arreglando» las cosas.
El PCS desaparece tan rápida y repentinamente como aparece, con sesiones que suelen durar entre 30 segundos y tres minutos. No hay otros síntomas ni signos duraderos. Pero si bien es muy raramente dañino y desaparece por sí solo, puede desencadenar ansiedad y la respiración superficial repetitiva puede hacer que una persona se sienta mareada. La sensación puede confundirse con un ataque al corazón, pero en realidad es muy común y tiende a ocurrir durante la adolescencia y la adultez temprana. También se ha informado en niños de hasta seis años y adultos mayores.
Entonces, ¿Qué es exactamente lo que está causando el dolor?
La verdad es que no se sabe exactamente qué lo desencadena, pero la mayoría de los expertos creen que el dolor es causado por la irritación o compresión de los nervios en el revestimiento interno de la cavidad torácica (la pleura).
Sin embargo, no es causado por daño al corazón o los pulmones. Si bien es benigno, siempre que no haya una afección cardíaca subyacente (algo que un profesional de la salud debe descartar), puede ser extremadamente incómodo. Lamentablemente, hasta el momento no existe una cura o tratamiento garantizado, pero hay ciertas situaciones que pueden provocar un ataque, y se pueden evitar. El PCS generalmente ocurre en reposo (nunca durante el sueño) y, a menudo, cuando una persona está encorvada o cambia de postura abruptamente. Por lo tanto, el riesgo de un ataque se puede reducir al menos un poco al sentarse erguido.
Afortunadamente, al igual que los aparatos ortopédicos y el acné adolescente, se desvanece en la edad adulta. Los episodios son menos frecuentes a medida que envejecemos y, por lo general, se detienen por completo cuando llegamos a los veinte años.
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