Salió de fiesta y amaneció enterrado vivo dentro de un ataúd: “No estaba tan borracho”.

Todos sabemos que dentro de las fiestas puede suceder cualquier cosa. Uno nunca sabe cuando una fiesta tranquila puede convertirse en un ritual para alguna deidad. Y quien sabe, una noche de parranda puede transformarte en un sacrificio milenario. 

Aunque sería fácil tomarse lo anterior como broma, desafortunadamente el día de hoy te traemos la historia de Victor Hugo Mica Álvarez. Es un chico boliviano de 30 años que vivió una verdadera historia de terror después de beber en una Party loca. El joven terminó enterrado vivo, una situación que casi le cuesta la vida. Las autoridades desestimaron sus denuncias y solo se rieron de su testimonio. Ante esto, Álvarez se contactó con los medios para compartir su historia. 

El 1 de agosto es el día oficial para celebrar la Pachamama, un ritual que se dedica a ensalzar la tierra y atraer la buena fortuna para la agricultura. Si bien el día oficial de la Pachamama es solo uno, todo el mes se dedica a celebrarlo. A diferencia de otras celebraciones políticamente aceptadas, esta festividad implica actos que pueden resultar increíbles y hasta inmorales, dependiendo de quien los mire. 

Álvarez se desempeña como guía profesional y el 7 de agosto descubriría lo que fue el verdadero horror. El hombre se encontraba bebiendo durante el festejo a la Pachamama en Victoria, La Paz, Bolivia, y aunque todo parecía una pachanga normal, era el preámbulo a un susto de muerte.

Lo quiero marinado y ahogado en alcohol para el ritual. 

Según el testimonio del involucrado, la celebración empezó el 5 de agosto y, después de días de beber sin parar. El domingo 7 de agosto un “amigo desconocido” le ofreció una caja de cervezas para tomar. En medio del merequetengue, el chico no pudo negarse y aceptó la oferta. Sin embargo, la situación empezó a verse nebulosa y no recuerda lo que sucedió a continuación. 

Lo siguiente que recuerda el joven fue despertarse dentro de un reducido espacio y solo con tierra como compañía. Víctor fue enterrado vivo dentro de un ataúd, aparentemente abandonado para que él se asfixiara. Si bien al principio pensó que todo se trataba de una broma, pronto aceptó la aterradora realidad. 

“Sentía el peso de la tierra y apenas he podido salir del ataúd. Me encontraba completamente enterrado” declaró Álvarez, que además compartió sus sospechas de que el objetivo de los malhechores habían intentado utilizarlo como un sullu, una especie de sacrificio ritual para celebrar a la Pachamama.

Cuando logró escapar de su terrorífico entierro, se encontró solo, en un cementerio desconocido; posteriormente un buen samaritano,  Álex Magne, lo encontró deambulando por la localidad y le ayudó a salir de su trance; Álvarez se enteraría luego que se encontraba en la población Achacachi y no en Villa Victoria, donde había perdido el conocimiento: lo trasladaron unos 88 km mientras estuvo inconsciente, aparentemente para desaparecerlo.

Desafortunadamente, cuando el chico denunció los hechos a las autoridades, estas se rieron de él y lo desestimaron diciéndole que todavía estaba borracho. Sin embargo, todo apuntaba a que el joven estaba diciendo la verdad, pues se encontraba en extremo afectado, lastimado, lleno de tierra y cemento. 

En su declaración frente a la prensa, la víctima dijo que “había escuchado que lo mismo le había ocurrido a otras personas, pero no creí que me ocurriera a mí”. Por esto, si vas de fiesta, ve con gente que confíes. Mucho ojo con los desconocidos, recuerden que los queremos ver bien y los queremos ver triunfar.

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