Ser padre no solo es uno de los trabajos más importantes del mundo, sino también uno de los más complicados. Muchas son las dificultades diarias que afrontan cada día: desde una discusión trivial y simple, hasta pleitos fuertes y difíciles de controlar.
Mamás y papás tienen en sus manos el correcto desarrollo y crecimiento de los niños, y es tarea también de ellos dirigirlos hacia el camino correcto, ayudarlos a ser personas de bien, respetuosos y altruistas.

A pesar de todo, no es una tarea fácil, muchas veces, sin importar nuestros esfuerzos, los hijos se comportan como ellos quieren. Bien lo sabe Amanda Michell, una mamá canadiense que dio mucho de qué hablar debido al ejemplar castigo que puso a su hija Hannah, de 9 años de edad, al enterarse de que se burlaba de otra niña en la escuela.
Al descubrir la gravedad de las acciones de su hija, y la saña con la que las hacía, Amanda se dio cuenta que de haber sido mayor su niña podría haber acabado en la prisión. Esto la enfureció tanto que convirtió la habitación de su hija en lo que ella misma ha denominado “un centro de detención para menores”, una pequeña cárcel.

Rápidamente vació la habitación de Hannah sacando todos los muebles, juguetes y accesorios para solo dejar en ella una cama, una almohada y un único cambio de ropa

Esto, por supuesto, desconcertó y asombró a la pequeña. Todo tipo de ese acto es intolerable para Amanda, es por ello que decidió castigar a su hija de forma tan drástica. No sólo convirtió el cuarto de Hannah en un cubo gris y triste, sino que la hizo escribir 50 veces durante varios días frases como “Me portaré bien en la escuela”, No diré mentiras” o “Seré responsable de mis acciones”, además, la única camiseta de la pequeña tenía escrita en ellas frases contra el BuIIying.

Amanda publicó las fotografías del cuarto de su hija en redes sociales y se armó un alboroto. Decenas de personas le escribieron dando su opinión, muchas de ellas la apoyaron y estaban de acuerdo en su forma de castigar, pero otros tantos consideraron el castigo demasiado severo, exagerado y hasta traumático.
«No me parece un castigo duro. Si Hannah crece y viola la ley, el resultado es la prisión y no es esto lo que quiero para mis hijos. Pienso que el problema de esta generación son justamente los castigos inadecuados».

Amanda aseguró que, después de terminado el castigo, su hija había entendido la gravedad de sus acciones y estaba profunda y realmente arrepentida. La niña incluso escribió una carta a su compañera y a la maestra en la que se disculpaba.
“Sé que no le hice nada malo, hago todo lo posible para ayudarla” dijo la madre.
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Y tú, ¿qué opinas, crees que fue un castigo necesario y justo, o un tanto exagerado e innecesario? Déjanos tu opinión en los comentarios.