La medida busca reducir la incidencia en este tipo de delitos.
Todos los días se cometen crímenes terribles en el mundo y la sociedad espera que los delincuentes reciban su castigo justo. Cuando se trata de temas tan delicados como el abvso sexval, las condenas también suelen ser algo complejo; y no solo eso, pues también es importante encontrar la manera en que estos delitos ya no se cometan.
En su búsqueda de soluciones, Tailanda propuso la castración química para los crim1nales sexvuales. De acuerdo con Daily Mail, el parlamento del país aprobó dicho castigo para los delincuentes que hayan cometido este tipo de delitos. Con esto, buscan que la incidencia de agresiones disminuya.
Según las cifras del departamento penitenciario de Tailandia, entre 2013 y 2020, se liberaron 16,413 delicuentes sexvales. De ellos, 4,848 reincidieron en el mismo delito. Ante esto, la propuesta de la castración se presenta como una solución.
La justicia del país asiático ofrecerá a los presos la opción de recibir una inyección que reduzca sus niveles de testosterona. Quienes decidan someterse a este procedimiento podrían disminuir su condena. Pero esto ha causado una gran controversia en el territorio pues involucra temas de salud y derechos humanos.
Dos médicos deben aprobar el procedimiento y los infractores seguirán siendo monitoreados durante 10 años; además, serán obligados a usar brazaletes electrónicos.
Por el momento, tanto el Congreso como el Senado, aprobaron la iniciativa; pero aún falta la votación y el respaldo de la casa real. Por su parte, el Ministro de Justicia Somsak Thepsuthin declaró: «Quiero que esta ley se apruebe rápidamente. No quiero volver a ver noticias sobre cosas malas que les suceden a las mujeres».
Sin embargo, muchos creen que esta medida no dará los resultados deseados. Jaded Chouwilai, director de la Fundación del Movimiento Progresista de Mujeres y Hombres cree la castración química no es la solución sino que el verdadero cambio en el comportamiento vendrá de adentro.
«Los convictos deben rehabilitarse cambiando su mentalidad mientras están en prisión. Usar castigos como la ejecución o la castración inyectada refuerza la idea de que el delincuente ya no puede ser rehabilitado», aseguró.
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