Tiene 62 años y está embarazada a pesar de la menopausia y un marido estéril

Existen parejas que no han podido tener hijos por más que lo han intentado, pagarían miles de dólares por lograr ese sueño. Ya sea por motivos médico o genéticos, no todos tienen la suerte de tener un pequeño entre sus brazos

Por otro lado, hay otras personas que sin esperarlo, les llega la bendición de un hijo. Tal es el caso de Jenny, una mujer con 62 años de edad, la cual está en plena menopausia, ha quedado embarazada de milagro, debido a las condiciones de improbabilidad que habían.

Instagram / The Good Wifey

El último ciclo menstrual de Jenny ocurrió hace 16 años, su marido, un hombre de 72 años, quien ya tiene la vasectomía realizada, aún así esta pareja ha entrado en su tercer embarazo a lo largo de su historia.

A pesar de que suene a imposible, aunque muy ínfima, existe una posibilidad de que un embarazo se realice en estas condiciones, para ponértelo en perspectiva son caso de 1 en 10 millones.

Instagram / The Good Wifey

Ella en redes sociales es conocida como «The Good Wifey«, quien se comprometió a responder todas las dudas que le dejaran. Si vien afirma que las personas le comentan seguido que «eres demasiado vieja para embarazarte», su marido ha sido elogiado por muchos por «poder embarazar a su esposa» aún a pesar de su edad y su intervención quirúrgica.

Por su parte, Jenny ha sido criticada por algunas personas por elegir continuar con su embarazo a pesar de su edad, sin embargo no todos han sido críticos, otros han mostrado su apoyo:

«No hay nada malo en ser una madre más grande. Estoy feliz por ti» – dijo un usuario – «uve mis hijos a los 24, 26, 28, 30, 37, 40, 43 y 48 años. Bendiciones a todas las edades» – comentó otro – «Estoy embarazada de dos mellizos y tengo 42 años. Tuve mi quinto hijo a los 40 años. Mi cuerpo dice lo que puedo hacer. No le presto atención a nada más», sentenció alguien más.

Instagram / The Good Wifey

Lo que es cierto es que los padres que son mayores sí tienen problemas al momento de llevar la, de por sí, difícil tarea de criar a un pequeño. A esa edad la energía no es la misma y ya no se pueden realizar actividades más «juveniles» con los hijos. Lo que si no cambia es el amor que ellos le pueden tener a sus pequeños.