Tortuga que se creía extinta «revive» gracias al ADN ambiental

«Es tranquilizador saber que todavía viven allí», dijo Burrows.

La extinción de una especie es realmente una tragedia. A veces, nos damos cuenta y aún podemos hacer algo para revertir el proceso; otras veces, solo podemos observar cómo desaparece. Incluso, hay especies que nunca conoceremos pues se extinguieron sin haber sido siquiera descubiertas.

Cuando una especie no ha sido vista durante muchos años, exactamente más de 50, se dice que está extinta. La Tortuga de Irwin ya llevaba la mitad del camino recorrido y se estaba considerando que se había extinguido. Pero gracias a muestras de agua, se recuperó su ADN, demostrando que sigue sobre la faz de la Tierra, o mejor dicho, bajo las aguas del río.

La tortuga fue vista por última vez en un río al norte de Queensland, Australia, hace más de 25 años. Un equipo de investigadores de la Universidad de James Cook tomó muestras de agua de la parte baja del río Burdekin. Analizaron dichas muestras en busca de ADN ambiental, o eDNA, y los resultados confirmaron la presencia de la tortuga de Irwin a lo largo de río Burdekin.

También se analizaron muestras de los ríos Bowen y Broken; específicamente 37 sitios de las tres cuencas. Algunos involucraban el uso de helicópteros para entrar y salir pues son zonas de difícil acceso. La investigación duró dos años y se dividió en tres periodos de encuestas separados entre 2020 y 2021; el hallazgo se publicó en la revista BMC Ecology and Evolution.

Damien Burrows, director del Centro de Investigación de Aguas Tropicales y Ecosistemas Acuáticos (TropWATER) dijo que la tecnología de eDNA fue fundamental para el re-descubrimiento de la tortuga. Según él, no se había podido conseguir ningún registro formal para demostrar que la tortuga de Irwin aún habitaba en la cuenca baja del río Burkedin.

«Anteriormente, ha sido muy difícil tomar muestras de la tortuga de Irwin porque solo viven en lugares donde hay cocodrilos o en afluentes de tierras altas a los que es muy difícil acceder», agregó.

La detección de eDNA es un método revolucionario para rastrear y localizar animales acuáticos y terrestres. Este consiste en extraer y amplificar ADN directamente de muestras ambientales, como suelo sedimentos y agua. De esta manera, no es necesario acechar y capturar el organismo para analizarlo.

Burros mencionó que las tortugas no «caen fácilmente en las trampas y el agua en la que viven en Burdekin no es clara, por lo que no se pueden instalar cámaras subacuáticas para verlos. Pero ahora con eDNA, todo lo que teníamos que hacer era tomar una muestra de agua y analizar su ADN».

Por su parte, el Dr. Villacorta-Rath dijo que aunque las muestras de eDNA tomadas del río no lograron determinar la edad de las tortugas de Irwin en Burdekin y los otros ríos; los resultados cambian por completo la perspectiva.

«No sabemos nada sobre la demografía de esta población, pero el hecho de que hayamos encontrado su eDNA ahora, a pesar de que la presa se construyó en la década de 1980, podría indicar que las tortugas adultas de Irwin pueden sobrevivir en estas condiciones de agua más turbia», agregó.

 

La tortuga de Irwin se vio por primera vez en la cuenca del río Burdekin en la década de 1990. El zoólogo australiano Steve Irwin y su padre Bob, descubrieron este espécimen (de ahí su nombre). Esta es una especie de agua dulce que tiene una peculiaridad: usa su cloaca (o sea, su trasero) para respirar bajo el agua. Esto le permite permanecer mucho más tiempo sumergida. Es nativa de la región norte de Australia y se trata de una tortuga semi-acuática.

«Este redescubrimiento ahora ha desafiado la hipótesis anterior de que la especie no podría sobrevivir en estas condiciones», concluyó Rath.

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