Cuando la velocidad de rotación de la Tierra desaceleró, fue posible la aparición de las primeras cianobacterias que emiten oxígeno.
Hace cerca de 4.5 mil millones, cuando nuestro planeta hogar se formó de los restos de gas y polvo que originaron el Sistema Solar, el planeta giraba a una velocidad 4 veces mayor a la actual, completando una rotación cada 6 horas aproximadamente.
La prototierra no se parecía nada a la que habitamos hoy. En aquél entonces el clima era hostil para la vida compleja como la actual. Esta no fue posible hasta que la atmósfera tuvo un cambio radical y el oxígeno se convirtió en en un elemento más común en la atmósfera y que ayudó a las formas de vida a proliferar.
El suceso que detonó la existencia de oxígeno en la atmósfera terrestre es conocido por la comunidad científica como «La Gran Oxidación«. La teoría más aceptada de este evento cita que el oxígeno, presente en el 21% de la atmósfera, se originó a partir de la capacidad de una especie microscópica, las cianobacterias, de poder hacer fotosíntesis. La razón del porqué hay un desfase temporal de mil millones de años entre su aparición y los efectos de la Gran Oxidación aún permanece en el misterio.

Recientemente se ha dado a conocer una nueva hipótesis, la cual fue publicada en la revista Nature Geosciences. Esta propuesta expone que una de las causas del aumento de oxigeno en la tierra está directamente relacionada con un evento inesperado: La reducción de la velocidad de rotación de nuestro planeta.
La aparición de oxígeno
Actualmente la Tierra gira en su propio eje a un promedio de 24 horas, lo que da paso al día y a la noche. Sin embargo esto no fue todo el tiempo así, hace 4.5 millones de años, el planeta gira a una velocidad mayor, completando una rotación cada 6 horas. Un factor que muchos investigadores consideran el «freno» de esta antigua velocidad es la influencia que la Luna, la cual paulatinamente provocó el descenso de la velocidad de la rotación del planeta.

Al inicio la Tierra tuvo un paro rotundo haciendo que la velocidad se redujera a un aproximado de 1.8 milisegundos por siglo, hace 2.4 millones de años. Hace 1.4 millones el planeta completaba un giro en su propio eje cada 18. horas, cifra que fue aumentando hasta alcanzar sus 24 horas aproximadas actuales.
«El incremento de la duración del día, provocado por la desaceleración de la rotación terrestre, permitió que los microorganismos liberaran más oxígeno, creando al aire que respiramos en la actualidad», comentaron desde la investigación liderada por el Instituto Max Planck para la Microbiología Marina.
Cuando las cianobacterias comenzaron a tener la capacidad de usar la energía solar para producir carbohidratos y oxígeno, la vida en la tierra tuvo un incentivo enorme, la cual fue evolucionando en formas cada vez más complejas.
La investigación llevada hace 5 años por el Instituto arrojó que existe una relación proporcional entre la relantización de la rotación de la Tierra y la producción de oxígeno. Concluyen que, al margen de la mayoría de fenómenos naturales, el aumento de oxígeno es el mayor cambio medioambiental que ha experimentado nuestro planeta.