La afamada diseñadora de modas sigue dando lecciones sobre estilo y cómo vestirse bien. Carolina Herrera nació en el seno de una familia acomodada en Caracas, Venezuela y desde pequeña comenzó a tener un acercamiento e interés en el mundo de la moda.
Cuando tenía 13 años, su abuela la llevó a un desfile de Balenciaga, siendo su inspiración para su futura carrera. Con más de 40 años de trayectoria, Carolina ha mostrado ser la definición de elegancia, sobriedad y buen gusto.
En 1980 es nombrada como una de las Personas mejor vestidas al incorporarse al Salón Internacional de la Fama y tan solo un año después realizó su primer show en el Metropolitan Club de Nueva York.
Poco a poco, logró ubicar a su marca en la cima de la industria, haciéndose cargo de su casa de modas por varias décadas, además de tener su línea de fragancias y maquillaje.
En 2018, ella da un paso atrás y deja a cargo a Wes Gordon, un diseñador de moda estadounidense que ha llevado la batuta de Carolina Herrera a buen puerto.
Uno de los sellos de la caraqueña, es el uso de las camisas blancas y pantalones de vestir, un estilo que ha llevado por varios años y que ha sabido usar a la perfección.
Han sido varios los eventos, en donde se le ha visto con diferentes estilos, siempre luciendo a la altura de su nombre y reflejando la confianza que tiene en sí misma. No por nada, es considerada una de las mujeres mejor vestidas en el mundo desde hace mucho tiempo.
De hecho, a sus 83 años, Carolina mostró su gran estilo en la entrega de los Premios Fundación Mapfre, donde asistió con un pantalón negro a la cintura, un cinturón a juego y una blusa blanca semitransparente.
Para completar su look, la diseñadora decidió agregar un espectacular collar, unos aretes dorados y unos zapatos de tacón bicolor; también optó por un maquillaje sobrio.
Con su atuendo, Carolina ha demostrado una vez más que puede verse bien a pesar de su edad y además es fuente de inspiración para muchas mujeres que tienen miedo de usar ciertas piezas.
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