Este 24 de junio pasará a la historia como el día en que la Corte de Estados Unidos anuló la sentencia conocida como Roe contra Wade que desde 1973 garantizaba el derecho a la interrupción del embarazo en el país.
La decisión que respaldada por la mayoría de los jueces del tribunal con 5 votos contra 4 y a partir de ahora, el aborto solo será legal en los estados que así lo decidan a partir de ahora.
Ante los sucesos, personalidades como Kamala Harris, Donald Trump, Nancy Pelosi, Joe Biden y hasta el ex presidente Barack Obama han salido a declarar y ofrecer su perspectiva de la situación.
En el futuro cercano, se espera que aproximadamente la mitad de los estados en el país introduzcan nuevas restricciones o prohibiciones.
Por el momento, 13 de ellos ya aprobaron anticipadamente leyes que prohibirán en automático el aborto tras el fallo de la Corte Suprema.
Tomemos como ejemplo Misuri que se autoproclamó como el primer estado en prohibir el aborto en cuanto se dio a conocer la decisión del tribunal, según su fiscal general Eric Schmitt.
Alrededor de 36 millones de mujeres se verán privadas de su «derecho» al aborto seguro, esto conforme dice la investigación de Planned Parenthood, una organización que brinda servicios de interrupción del embarazo.
El fallo de revocación es un movimiento sumamente inusual ya que invalida una decisión que fue tomada con anterioridad por la misma Corte Suprema. Por lo mismo, es probable que sucedan intensas batallas políticas que dividan a la nación. Principalmente donde las opiniones sobre el tema están divididas, dígase en Pensilvania, Michigan y Wisconsin.
La legalidad del procedimiento quedará en manos de cada legislatura y del gobierno en turno.
Otro punto a discutir en un futuro será la posibilidad de que un habitante de un estado pueda viajar a otro para abortar o incluso ordenar medicamentos abortivos por correo.
¿Cómo surgió esta situación?
El origen de todo este aquelarre se remonta a un caso específico, el de Dobbs contra la Organización de Salud Femenina Jackson. En este se impugnaba una Ley en Misisipi que prohíbe el aborto después de las 15 semanas incluso en caso de violación. Sin embargo, Roe vs. Wade estipulaba que era legal hasta las 24 semanas, aquí es donde radica la contradicción.
Lyn Fitch, la fiscal general de Mississippi, le pidió a la Corte Suprema que mantuviera la ley de su estado y eliminara la histórica decisión Roe vs. Wade que se había mantenido desde 1973. Claramente esto desató miles de dilemas y 20 estados comenzaron a preparar nuevas leyes en contra del aborto en caso de que esto se aprobara. Además, algo que influyó en la decisión fue el evidente cambio de ideología que se dio en la Corte Suprema después del nombramiento de la jueza Amy Coney Barrett en 2020. Barrett manifestó abiertamente antes de su nombramiento estar en contra del aborto y convirtió a Dobbs en un vehículo potencial para desafiar la ley anterior.
Este 24 de junio la mayoría conservadora del tribunal respaldó la ley de Mississippi y concluyó que: “La Constitución no confiere el derecho al aborto» y que «la facultad de regular el aborto debe ser devuelta al pueblo y a sus representantes electos», según el texto redactado por el juez Samuel Alito.
La sentencia no sorprendió a nadie. En mayo se reveló un documento que hablaba sobre la decisión que tomarían los jueces, lo que significó una filtración sin precedentes.
En cuanto a las personas involucradas, tres de los jueces que votaron a favor de derogar el derecho fueron designados por Donald Trump. Mientras tanto, los tres magistrados progresistas que estuvieron en contra, alegaron que: «la Corte cambia de rumbo hoy por una razón y solo una: porque la composición de este tribunal ha cambiado», según un comunicado.
Además, aseguraron sentir «tristeza por esta Corte, pero más por los millones de mujeres estadounidenses que hoy han perdido una protección constitucional fundamental».
No todo es un mundo conservador.
En el histórico caso Roe vs. Wade de 1973, la Corte Suprema dictaminó por 7 votos a 2 que el derecho a abortar estaba bajo la protección de la Constitución de Estados Unidos. Esto otorgó a las mujeres del país el derecho total para tomar la decisión de abortar en los primeros 3 meses de embarazo, aunque permitió establecer restricciones del mes 4 a 6 y prohibiciones en el tercer trimestre.
En décadas posteriores varias sentencias se redujeron de manera gradual en lo que refiere al acceso al aborto en más de una docena de estados.
Más de 9 de cada 10 abortos tienen lugar en las primeras 13 semanas de embarazo, y más de la mitad se llevan a cabo con pastillas y no con cirugía, según la organización en favor de los derechos reproductivos Guttmacher.
Ante la reciente decisión, los gobernadores demócratas, entre ellos California, Nuevo México y Michigan ya anunciaron que tienen planes para proteger el aborto es cada una de sus Constituciones.
De igual manera, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, se reunió el jueves con siete fiscales generales de estados demócratas para debatir los modos para defender el derecho a la interrupción del aborto, según lo informó el medio Reuters.
Las reacciones de los altos mandos.
Como mencionamos antes, grandes personalidades políticas salieron a declarar sobre la situación. El actual presidente Joe Biden criticó fuertemente la decisión, la cual describió como la «materialización de una ideología extrema y un trágico error de la Corte Suprema».
«Hoy es un día triste para el país, pero no significa que la lucha haya terminado», afirmó en su discurso.
También aseguró que «ahora la salud y la vida de las mujeres en este país están en riesgo» y prometió que su gobierno defenderá el derecho de las estadounidenses a cruzar las fronteras estatales para abortar.
Por el contrario, su predecesor Donald Trump declaró ante la cadena Fox News que la sentencia «funcionará para todos» y que supone «recuperar unos derechos que deberían haberse otorgado hace mucho tiempo».
Ante la pregunta de su influencia en el fallo tras haber nombrado tres jueces antiabortistas en la Corte, él respondió que “Dios tomó la decisión”.
Mientras tanto, Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes, se refirió al fallo como “Cruel, escandaloso y desgarrador”.
Mike Pence, ex vicepresidente de Donald J. Trump afirmó que “hoy ganó la vida”.
Quizás la declaración que más resaltó fue la del ex presidente Barack Obama que expresó su decepción.
«Hoy la Corte Suprema no sólo revocó casi 50 años de precedentes, sino que subyugó a los caprichos de políticos e ideólogos la decisión más intensamente personal que alguien puede tomar, atacando las libertades esenciales de millones de estadounidenses».
La Corte Suprema alegó que «ha corregido un error histórico y ha reafirmado el derecho del pueblo estadounidense a gobernarse a sí mismo a nivel estatal de manera coherente con sus valores y aspiraciones».
Mientras tanto, algunas grandes corporaciones estadounidenses como Starbucks, Tesla, Airbnb y Netflix se comprometieron a cubrir los gastos de viaje de sus empleados que necesiten viajar a otros estados si desean interrumpir su embarazo.
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