Anna Sueangam-iam no tuvo un camino nada fácil, al contrario tuvo que superar varios obstáculos con tal de lograr sus metras y sueños. Cuando miles de niñas de todo el mundo quieren ser doctoras, maestras o astronautas, Anna soñaba con ser una princesa con todo y corona.
La originaria de Tailandia de 23 años proviene de un hogar humilde, ambos de sus padres han trabajado incansablemente para brindarle las mejores oportunidades a su familia. Aunque Anna nunca se sintió menos por el oficio al que se dedicaban sus papás, las personas no veían con buenos ojos que sus progenitores fueran recolectores de basura.
Conforme iba creciendo, la candidata a Miss Universo soñaba con conseguir ganar el ansiado certamen.
Desde el primer momento en que comenzó su camino rumbo a la corona notó que era muy diferente a las otras concursantes, para empezar, las 28 jóvenes tenía apellidos extranjeros y eran de familias acomodadas.
Luego de saber el origen de Anna, muchos empezaron a apodarla «Miss basura» y aunque destacaba en muchas de las pruebas, el público no la favoreció.
Olvidando todo lo malo, la joven de 23 años logró el ansiado triunfo y la nombraron representante de Tailandia en Miss Universo, gracias a su perseverancia y humildad.
Considerada la mujer más hermosa de su país y con un premio de 27 mil dólares, la llamada «miss basura» pudo ganarse el respeto de aquellos que no la apoyaron desde el principio.
Desde que recibió el nombramiento, Anna ha estado compartiendo su experiencia en los diferentes medios de comunicación de Tailandia, así como en sus redes sociales. No cabe duda, que su belleza, personalidad y determinación la llevarán muy lejos.
Contesta